Un pintoresco lugar decorado por puentes y canales navegables. Descubre su arquitectura sorprendente y bellos paisajes que adornan caminos para recorrer en bicicleta.
Se trata de una de las ciudades emblema de Europa: es la capital de los Países Bajos, donde la atmósfera del siglo XVII con la modernidad se mezclan para otorgar a este sitio atractivos que pocos lugares reúnen. Hablamos por supuesto de Ámsterdam, una ciudad que hoy por hoy se erige como una de las sociedades donde las ideas más vanguardistas rigen todos los ámbitos de la convivencia social.
La ciudad está asentada en decenas de islas unidas por numerosos puentes; sus canales son una forma de controlar el agua dividiendo el cauce del río Amstel en numerosas vías navegables para admirar la arquitectura de casas y mansiones del siglo XVII, en combinación con las corrientes modernas del siglo XX.
Sus barrios
Para recorrer Ámsterdam puedes utilizar bicicleta, uno de los transportes favoritos de la ciudad. Conoce los vecindarios tradicionales como Jordann, el más famoso de Holanda debido a que se conforma por callejuelas y canales que podrás recorrer en pequeñas embarcaciones y hacer paradas en disitintos puntos.
Además de la arquitectura de las casas y edificios, entre los atractivos que resguarda Jordann está la Casa de Ana Frank, y la iglesia del Oeste o Westerkerk. En la primera, convertida en museo, vivió este personaje de la historia mundial, quien trascendió como uno de los testigos que documentó a través de su diario, las experiencias que vivió durante la Segunda Guerra Mundial; sus escritos narran cómo era su vida al ocultarse ella y su familia de la presencia de los nazis al momento de tomar el control de la ciudad.
Entrar al museo Casa de Ana Frank, será una de las experiencias que marcarán tu viaje; te recomendamos visitar su página web para conocer horarios y comprar tus boletos de entrada: valdrá mucho la pena conocer una pequeña parte de este trágico pero conmovedor episodio bélico a través de la pluma y vida de Ana.
Otro de los puntos de atracción de Jordann es la iglesia del Oeste, el mayor templo protestante de Holanda que data de 1631. Es una bella estructura con una imponente torre de 85 m de alto desde la que se aprecia toda Ámsterdam; la Westerkerk tiene un campanario con 50 bronces y un órgano de dimensiones únicas. Una de las historias que convierten este punto en visita obligada es el hecho de que en algún sitio de la iglesia fue enterrado el pintor Rembrandt van Rijn en el año de 1669, sin embargo, no se sabe con exactiud la localización del entierro, enigma que otorga al edificio un interés para miles.
Uno de los lugares donde se realizan las compras en Ámsterdam es el barrio de De Pijp, donde podrás encontrar de todo: desde los principales ingredientes de la gastronomía tradicional, hasta ropa, bebidas, cosméticos, o incluso muebles. El mercado por excelencia de este barrio es el Albert Cuyp, el más grande en su tipo.
Si deseas comprar objetos antiguos, fotografías, discos considerados de colección y demás curiosidades, deberás desplazarte a la Plaza Waterloo y visitar cada uno de los puestos, cuya oferta seguramente tendrá algo para ti. Este mercado abre todos los días, menos los domingos.
Un símbolo que distingue mundialmente a Holanda es el tulipán. La producción de esta vistosa flor es vasta, y uno de los lugares donde podrás encontrar ésta y otras bellas flores es el mercado flotante sobre el canal Singel. Todos los días llegan al mercado flores frescas de las zonas agrícolas de los alrededores de la ciudad. La mayoría de los turistas compran bulbos de tulipanes para llevar a casa, o souvenirs típicos holandeses en uno de los numerosos puestos que hay frente al mercado, que abre todos los días de la semana.
Como muchos lugares de esta región de Europa, Ámsterdan ofrece para saciar la sed, esa bebida a base de cebada: la cerveza, y en este barrio se encuentra la antigua fábrica de la marca Heineken. Este punto no es considerado como un museo de la cerveza, sin embargo, entrar a esta antigua productora, ilustrará con tecnología de punta sobre los procesos de elaboración, la historia de la marca y, por supuesto, podrás degustar esta bebida famosa en todo el mundo.
El rojo es pasión, y como versa esta frase, uno de los barrios que representa una gran atracción es el Barrio Rojo, que a su vez está conformado por tres vecindarios, de los cuales el de mayor afluencia turística es De Wallen. Desde hace mucho tiempo este suburbio se caracterizó por ser sede de los clubes donde la prostitución se ejerce de manera reglamentada.
Bares, sex shops, escaparates de mujeres portando atuendos provocativos, clubes para encuentros y esparcimiento dirigidos al público lésbico-gay-transgénero, forman parte de la esencia de esta zona. Con todo, el Barrio Rojo en Ámsterdam no es una zona insegura, al contrario, por tratarse de un sitio dirigido a la diversión y el encuentro de pasiones, De Wallen y demás calles son estrictamente vigilados por una red de cámaras y por cuerpos policiacos encargados de responder a cualquier acto que pudiera poner en peligro la integridad de las personas que laboran en todos los cafés, restaurantes, bares y clubes de la zona.
En otro tono, recorrer el centro de Ámsterdam hará que tu sentido de la vista quede cautivado por las construcciones que encontrarás, como el Palacio Real, el Museo Histórico de Ámsterdam, la Plaza Dam o la Beurs van Beriage.
El Palacio Real es uno de los tres edificios que actualmente ocupa la Familia Real del país; aunque no es la residencia de la monarquía, la hermosa construcción testifica actos oficiales y recepciones que ofrece la corona a visitantes distinguidos. Está permanentemente abierta al público; ahí también podrás visitar algunas salas que ofrecen al turismo exposiciones fijas o muestras itinerantes de pintura.
El Palacio Real se ubica en la Plaza Dam, un auténtico monumento por lo esplendorosa que es. Caminar por este lugar te permitirá admirar obras de artistas y convivir con las numerosas palomas que también han decidido ser parte de este marco arquitectónico. La belleza de la que actualmente goza este lugar se contrapone con su pasado histórico por ser punto de peleas, disturbios y sublevaciones en contra de medidas gubernamentales, o bien por haber sido el lugar donde los nazis liquidaron a un gran número de personas. Sin embargo, estos tristes episodios quedan en la memoria y ahora es un sitio donde la tranquilidad, el esparcimiento y los buenos momentos de la visita a la ciudad toman un matiz distinto para cautivar al viajero.
El legado artístico que brindó Holanda al mundo entero fue, sin duda, ser la cuna del pintor Vincent van Gogh. Sus obras tuvieron una gran influencia en el arte del siglo XX, aunque en vida, el artista apenas recibió reconocimiento: sólo consiguió vender una de sus obras de arte. Pero en la actualidad, el Museo van Gogh atrae aproximadamente a 1.5 millones de visitantes cada año. Es el lugar que reúne el mayor número de obras de este gran pintor, cuya colección se compone de 200 lienzos, 500 dibujos y 750 documentos escritos. Juntos, ofrecen una excelente imagen de su vida y de su obra. Ahí podrás apreciar los trabajos más famosos del pintor, como los cuadros de autorretratos, Los girasoles, La habitación en Arles o Los comedores de patatas.
La diversidad de opciones para disfrutarla es amplia, desde los museos a los mercados callejeros, o a sofisticados centros comerciales; recorre los canales, pasea en bicicleta, camina por sus calles, plazas o en medio del gran bosque, y no olvides adquirir unos bellos zapatos zuecos hechos en madera y que forman parte de la vestimenta típica de Holanda.
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