Uno de los eventos gastronómicos más importantes y apasionantes de nuestro país tuvo lugar durante el mes de mayo en la ciudad de Morelia, Michoacán. El festival internacional de gastronomía y vino de México, Morelia en Boca fue un total éxito, pues simplemente no se puede imaginar un lugar más bello para unir a toda la gastronomía mexicana que el Centro Histórico de esta ciudad. Espacio en el que se dieron cita algunos de los cocineros más importantes de todas partes del país, así como algunos de los cocineros tradicionales más aplaudidos del estado de Michoacán; además de grandes sommeliers y jefes de sala representantes de importantes restaurantes a nivel nacional.
La octava edición de este festival rindió homenaje a la trayectoria de la chef chihuahuense Margarita Carrillo, así como al trabajo del doctor Hans Backhoff Escudero, fundador de la bodega mexicana Monte Xanic. También tuvo como invitados especiales a la experimentada chef Carolina Bazán, del restaurante Ambrosía en Santiago de Chile, y a la cocinera tradicional oaxaqueña Juana Amaya, una protagonista natural a quien le costaría trabajo no agradar a una audiencia. También cabe destacar a una serie de cocineros mexico-estadounidenses que nos hablaron de romper las diferencias entre la cocina mexicana y la cocina hecha por nuestros compatriotas en el país vecino.
La temática del evento fueron los mercados y plazas, esos increíbles lugares en donde los cocineros mexicanos pueden conseguir todo lo que necesitan con la mayor calidad, frescura y precio. Fue por esto que se dejaron de lado los platillos demasiado elaborados y nos dedicamos a probar creaciones sinceras, sencillas pero fieles a los sabores que representan a cada uno de los cocineros en sus restaurantes.
Morelia en Boca 2018 nos ofreció la oportunidad de compartir momentos únicos como una competencia de preparación de trucha entre Ana María Arroyo, chef de El Tajín en la Ciudad de México, Tania Livier, chef de Criollo en Ensenada, y Blanca Villagómez, cocinera tradicional michoacana; en donde, además de probar sus versiones del mismo ingrediente, conocimos la importancia del cultivo sustentable de trucha en los lagos del estado.
Momento cumbre sin duda fue la conferencia titulada ‘La cocina mexicana fuera de México’, en donde Daniel Ovadía y Salvador Orozco, de Merkavá en la Ciudad de México, debatieron con la chef Iliana de la Vega, representante y defensora de la cocina Tex-Mex, y Eduardo Ruiz, chef de Broken Spanish en Los Ángeles. Probamos un excelente ceviche de camarón con garbanzos tatemados; un taco al pastor marinado y un poco de hummus con chicharrón de pollo de Ovadía. La platica fue moderada por Bill Esparza, un crítico de la comida mexicana en Los Ángeles y ganador de un premio James Beard.
Otra conferencia que resultó sumamente interesante fue en la que participaron el chef Alfredo Chávez, de Raíz en la Ciudad de México, y el maestro carnitero Carlos Ayala, en donde se conjuntaron los modos tradicional y uno más moderno de hacer carnitas para crear el taco perfecto al estilo de Quiroga, Michoacán. Esta plática que resultó ser más bien una clase de cocina estuvo moderada por el doctor Genovevo Figueroa, ex gobernador del estado y uno de los principales difusores de la cultura tradicional michoacana.
Por su parte, el chef Rodrigo Carrasco, de Bowie en la Ciudad de México, junto con Mariana Valencia, chef de Cocina M en Uruapan, y la cocinera tradicional Esperanza Galván protagonizaron una emocionante clase sobre el humo como ingrediente en las cocinas tradicionales y contemporáneas, en donde el aguacate, el oro verde michoacano fue el ingrediente principal inspirando increíbles creaciones.
El cine también llegó a Morelia en Boca 2018 para representar esta interesante mancuerna que han hecho la cinematografía con la gastronomía a lo largo de la historia, con cintas que demuestran los placeres y los sentimientos que se pueden transmitir a través de un platillo. La directora mexicana Gabylu Lara presentó American Curious, en donde pudimos ver lo apreciada que puede llegar a ser la cocina mexicana entre los extranjeros que la conocen. El chef Fabián González fue el encargado de amenizar la función con tres tacos inspirados en las cocinas de México y de Estados Unidos de la mano de Cerveza Bocanegra.
Pero el vino no se quedó atrás en esta edición del festival, y es que pudimos experimentar catas de las más importantes bodegas de vino mexicano con sus etiquetas más populares para acercar al público al vino mexicano, romper estigmas y reforzar la creciente cultura de esta bebida en nuestro país. Por otra parte, también vivimos talleres de chocolate y de coctelería con ron, una cata de mezcal y un análisis sensorial de cerveza artesanal.
La hora de la comida era la ideal para compartir un momento con las cocineras tradicionales, conocer de cerca los métodos y técnicas que utilizan, así como probar los deliciosos platillos típicos de cada una de sus comunidades; para no dejar de probar, algunos restaurantes de la Ciudad de México también tuvieron un espacio de venta de comida. De igual forma, el magnífico recinto que alberga la Casa de la Cultura de Morelia, recibió a distintos productores locales, como también a reconocidas marcas de productos relacionados con la gastronomía y el vino en la Villa Gourmet.
El festival ofrece a sus asistentes cenas especiales en las que los principales restaurantes de la ciudad ceden sus instalaciones para que, tanto los cocineros, como los sommeliers y jefes de sala invitados, organicen un evento con un menú especial, un maridaje perfecto y un servicio personalizado. Tuvimos la oportunidad de conocer a los hermanos Rivera-Río, de Koli en Monterrey, quienes se encargan de las tres áreas y presumen un menú cuidado hasta el último detalle y que te mantiene listo para recibir una sorpresa de sabores, texturas y aromas en cualquier momento.
La octava edición de Morelia en Boca no nos dejó ninguna duda del enorme potencial que tiene este festival; su poder de convocatoria y el orgullo con el que los cocineros y sommeliers asisten a demostrar sus conocimientos aumenta el valor de un evento como éste. Además de que se puede comer y beber de maneras extraordinarias, es importante el apoyo que se hace a los productores locales, así como el que se puede dar a las comunidades de las cocineras tradicionales si se deciden visitar. Morelia nos enamoró en nuestra última visita y no podemos hacer nada más que invitarte a visitar la siguiente edición del festival, sabemos que no te decepcionará.
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