En el corazón de la Provincia de Mendoza, en sus viñedos situados en el Valle de Uco, Bodegas Salentein ha comenzado a transformar la vitivinicultura de la Argentina.
Bodegas Salentein se encuentran en Mendoza y Valle del Uco. Mendoza es la región vitivinícola más importante de Argentina, y es sinónimo de vino. La provincia alberga alrededor del 70% de las vides del país, lo que significa 145 mil hectáreas de viñedos y más de 900 bodegas, varias de talla internacional. Conocida como ‘la tierra del sol y del buen vino’, Mendoza se encuentra en el límite con Chile, 1.100 kilómetros al oeste de Buenos Aires, la capital argentina.
La tierra en esta región es franco arenosa, y el clima es seco, con días muy calurosos y noches muy frescas. Los Andes dominan el paisaje: trepan vertiginosamente hacia el cielo en el horizonte occidental. Cubierta de nieve todo el año, esta cordillera alcanza 6.100 metros de altura y posee, justo aquí en Mendoza, el cerro Aconcagua, el pico más alto del hemisferio occidental.
Las principales variedades de uvas que se cultivan en Mendoza son: malbec, merlot, cabernet sauvignon, syrah, pinot noir, bonarda, tempranillo, chardonnay, sauvignon blanc, chenin blanc y torrontés.
Algunas de las plantaciones más jóvenes y promisorias están en el Valle de Uco, ubicado al pie de los Andes, al sudoeste de la ciudad de Mendoza, ubicados de 820 a 1700 metros de altura sobre el nivel del mar.
Las fincas de Bodegas Salentein están ubicadas en la parte superior del Valle de Uco, entre 1.050 y 1.700 metros de altura. Estos viñedos se sitúan por encima de los llamados ‘de alta montaña’, que existen en Chile y Australia.
Bodegas Salentein
Conocida como la catedral del vino, combina su diseño funcional con una presencia y belleza conmovedoras. Con un diseño único en el mundo, la estructura de la bodega permite un cuidadoso manejo de las uvas. En un sentido más profundo, la forma y los materiales de la bodega captan una expresión espiritual, y son un tributo a la historia de este valle argentino. En el lenguaje de la piedra, se simboliza el ritual que rodea y está presente en la elaboración del vino. Así, la bodega se convierte en una ‘catedral del vino’.
Ubicado al pie de la cordillera de los Andes, el Espacio Salentein comprende dos mil hectáreas rodeadas por un paisaje único y sorprendente. Alberga dos bodegas, un centro cultural, una capilla y una posada. El trabajo de paisajismo que rodea los edificios realza el cultivo de plantas, pastos y arbustos nativos que son simbólicos de Mendoza. Espacio Salentein también incluye 50 hectáreas de paisaje natural con vegetación autóctona.
Cuando los visitantes llegan por primera vez a este lugar especial, se llevan un recuerdo para toda la vida.
Bodegas Salentein ofrecen una perspectiva inspiradora para la viticultura argentina que rinde homenaje a la tierra, su belleza y su abundancia. La bodega constituye una expresión artística espiritual y funcional de gratitud. La bodega es única por su edificación cimentada sobre la inclinación natural del valle y diseñada en forma de cruz, lo que permitió crear una bodega con sistema de “flujo por gravedad”.
Asimismo, el uso de piedras de las capas sedimentarias del valle para su construcción hace que esté amalgamada en forma armónica con su entorno, preservando así la integridad natural del paisaje andino. Cada ala constituye en sí una pequeña bodega, que mide alrededor de 18 por 20 metros. A su vez, cada sección se divide en dos niveles: una a la altura del suelo, en donde se albergan tanques de acero inoxidable y cubas de roble francés para la fermentación y el almacenamiento; y otra sección a nivel subterráneo, donde se añeja el vino en barricas de roble francés. Las cuatro alas convergen en una cámara central circular, similar a un anfiteatro. Esta sala -que tiene once metros de diámetro y dieciocho de altura-, posee una abertura circular en la parte superior que permite la entrada sutil de luz a la bodega bajo tierra.
Los dos niveles facilitan que el vino circule de los tanques a las barricas mediante el simple sistema tradicional de transferencia por gravedad. Esa disposición evita el bombeo, que puede agitar el vino, romper las semillas y que ocasiona la llamada amargura fenólica en el vino.
A nivel del suelo, los tanques de acero inoxidable y las cubas de roble francés poseen una capacidad total de 1.8 millones de litros. Estos depósitos disponen de controles automáticos para nitrógeno inerte, que proporcionan presión para evitar la oxidación en el vino en fermentación. De esta manera, el vino conserva sus aromas y sabores distintivos.
Las bodegas subterráneas se encuentran a una temperatura constante de 12°C, y con una humedad ambiente del 80%. El vino se añeja en pequeñas barricas de roble francés de 225 litros cada una. En total, este nivel alberga 5.000 barricas. Luego, el vino se protege de la oxidación gracias a una línea embotelladora de baja velocidad, con una capacidad de 2.500 botellas por hora.
La bodega está ubicada a una altura de 1.200 metros, justo en el centro de los viñedos. Más de 49 hectáreas de hábitat desértico autóctono fueron conservadas, y forman parte del paisaje cotidiano de la bodega. El horizonte occidental está dominado por los Andes nevados.
El objetivo de Bodegas Salentein es claro: elaborar vinos de la más alta calidad, comprometidos con la tierra en la que nacen. Durante su elaboración, Salentein respeta la naturaleza y, al mismo tiempo, se involucra con la comunidad de la zona; porque la gente se convierte en un componente esencial que se refleja en la expresión de los vinos.
Hablando de vinos: Los vinos de Bodegas Salentein son estructurados y elegantes, se caracterizan por su color intenso y profundo, y por la complejidad de sus aromas y sabores. Todos los vinos son añejados en barricas de roble francés. Para mayor información: www.bodegasalentein.com
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