Un buen sorbo de café y martinis memorables, con una selección musical impecable; eso es Café de Nadie.
Mauricio Berzunza
Cien años tuvieron que pasar para que la Roma Norte contara una vez más entre sus calles con el Café de Nadie, cuyo nombre hace una clara referencia al café donde se reunían los estridentistas -artistas multidisciplinarios del movimiento de vanguardia que surgió en la Ciudad de México-.
Aunque originalmente fue nombrado como Café Europa, terminó por ser conocido entre dichos artistas como Café de Nadie, el cual se ubica cerca del actual, sobre la avenida Álvaro Obregón.
Cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia que estimule los sentidos, este sitio ofrece un ambiente íntimo que evoluciona a lo largo del día, e incluso con el transcurrir de la semana, en donde no sólo los alimentos y bebidas son un elemento importante, sino también el mobiliario, la iluminación, así como la música y la acústica.
Semana a semana el line-up del bar ofrece colaboraciones con chefs, bartenders y DJ, independientes o de una casa, que son invitados para transformar el ambiente compartiendo sus selecciones detrás de la cocina, la barra y las tornamesas.
Ingredientes orgánicos y cocteles de temporada
Con un enfoque local y de temporada sobre lo industrial, los ingredientes orgánicos de Café de Nadie provienen de las chinampas de Arca Tierra en Xochimilco -un productor y distribuidor de alimentos agroecológicos con un esquema de comercio justo-. Por su parte, entre las bebidas hay café, por supuesto, además de fermentos como sidra, sake, hidromiel, vino o cerveza, así como los destilados y licores necesarios para preparar cocteles clásicos o de temporada en su barra conformada sobre todo por mujeres: Carmen Huizapol, Mapo Molano y Jimena.
Lo que escuchas en Café de Nadie
A diferencia del espacio que fue su inspiración, un espacio silencioso, en Café de Nadie la música es el centro del proyecto sensorial que cuenta con una colección de más de 1.500 vinilos y curada desde hace más de 10 años por el grupo de amigos que conceptualizó el lugar, diseñado para melómanos y audiófilos que, al igual que ellos, se deleitan con la selección musical de DJ invitados transmitida por el equipo de sonido Margules.
Como su homónimo hace un siglo, que fue espacio de sociabilidad del movimiento estridentista, Café de Nadie es de todos: un espacio con una esencia que invita a ser parte de sus habituales tertulias, a disfrutar de un ambiente que estimula los sentidos con un buen café, coctel, platillo o canción.
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