Sommelier Aura Toledo E.
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La coctelería atrapa fácilmente a nuestros sentidos porque es atractiva en varios sentidos: en el visual, seduce a nuestra vista con el colorido de las mezclas, y agrada a nuestro paladar por las composiciones exóticas de sabores que se pueden crear.
En el 2005, la noticia sobre el huracán Katrina que azotaba las costas del sureste estadounidense conmocionó al mundo, principalmente a los amantes del jazz y de la buena mesa, ya que se presenciaba la destrucción de una de las ciudades preferidas por los turistas provenientes de diversas partes del planeta y por lo tanto, más visitada. Sin embargo, gracias a la ayuda de todos, la ciudad no demoró demasiado en recuperar su encanto, el cual proviene de un mestizaje cultural que se caracteriza por la fusión de diversas culturas como lo son: la latina, la francesa, la española y la africana. Esta mezcla inusual hizo que resaltara el espíritu místico y cosmopolita propio de la ciudad de Nueva Orleans, el cual se reflejó en su cocina, en su música, pero sobre todo, en su coctelería. Sobre este tema hablaremos a lo largo de este artículo y mencionaremos algunos de los cocteles más representativos de la metrópoli.
La coctelería se identifica como una mezcla de diferentes líquidos de sabores distintos con uno o varios destilados que, como bien se sabe, nace en Estados Unidos y es ahí donde inicia el viaje por todo el mundo, para que cada lugar la enriquezca con alguna nueva combinación. Cabe mencionar que dentro de este tema la ciudad de Nueva Orleans le aportará no sólo tragos y mezclas, sino que la complementará con anécdotas y relatos, lo que le dará un toque cautivador, a fin de volverla atractiva, colorida, divertida, pero sobre todo única, ya que ahí se originaron diferentes tragos que se volvieron íconos de las cartas de ciertos bares. Algunos de ellos se relacionan furtivamente con la historia del lugar o del barman. Como ejemplo tenemos al famoso coctel hurricane.
La leyenda detrás del coctel
Cuenta la historia que uno de los cocteles más antiguos fue creado en uno de los bares con mayor tradición y que es considerado por algunos escritores como “el bar más famoso del mundo”; me refiero al bar O’Brien y su prestigiado coctel hurricane, que con el transcurso del tiempo se convirtió en uno de los principales atractivos del Barrio Francés.
La leyenda cuenta que O’Brien era un contrabandista de Luisiana y Misisipi, quien abrió una tienda de licores en Nueva Orleans y posteriormente un bar clandestino que se distinguía por servir buen whisky a sus clientes. En 1940, durante la Segunda Guerra Mundial y teniendo como contexto las dificultades de importación del whisky escocés, se cree que los vendedores de licores obligaron a los dueños de los bares a comprar ron. El bar O’Brien no fue la excepción. El establecimiento estaba en aprietos, puesto que los clientes del bar no consumían ron, sin embargo, no tenían otra opción para ofrecerles, así que el barman de dicho establecimiento se vio obligado a recurrir a su creatividad e ingenio.
Después de meditar la situación por la que atravesaba el lugar y ante la presión de los vendedores, el barman del citado bar, decidió arriesgarse e inventó un coctel con el fin de vender el excedente de ron que había en el almacén. El brillante cantinero tomó un vaso alto en forma de una lámpara de huracán y decidió servir un poco de ron, dos onzas de jugo de limón con dos onzas de jugo de naranja y finalizó la bebida con un poco de jugo de la pasión. Para decorar la bebida, tomó una cereza de marrasquino y la colocó sobre un borde del vaso; a esta bebida la llamó, huelga decirlo, hurricane. Este trago tuvo una gran aceptación dentro de la clientela del establecimiento. Con este ejemplo se puede identificar que la ciudad de Nueva Orleans le comparte pequeñas historias a la coctelería, no sólo recetas.
La coctelería atrapa fácilmente a nuestros sentidos y asimismo es atractiva en todos los sentidos; las recetas son innumerables, varían dependiendo del lugar, del barman o del cliente mismo. Cabe mencionar que para este artículo se escogieron algunos tragos de la ciudad de Nueva Orleans que más llaman la atención y los cuales se caracterizan por pertenecer a la familia de los cocteles denominada fizz, es decir, son bebidas que se distinguen por su forma de preparación, ya que se elaboran dentro de una coctelera y tienen como base un poco de jugo de limón, el cual se mezcla con un destilado que puede ser aguardiente o ginebra, y también porque en algunos casos puede contener huevo fresco, ya sea la yema o la clara, según el tipo de coctel que se quiera preparar, o bien el huevo completo y un poco de agua mineral. Por lo tanto, este trago se convierte en una experiencia singular que nos envuelve en las notas frescas y sutiles de los cítricos.
Cocteles más representativos Nueva Orleans
- Gin fizz. Es uno de los tragos más significativos; es un coctel que se sirve en un vaso de jaibol, lleva un poco de hielo, una onza de ginebra, y aunque tradicionalmente se servía con jugo de limón, ahora se puede reemplazar con refresco de limón. Se llena el vaso con la mezcla y se termina con un toque de agua mineral y jarabe blanco.
- Golden fizz. Se caracteriza por ser un trago seco; en la coctelera se agrega un poco de hielo, una onza de ginebra seca, la yema de un huevo, el jugo de un tercio de limón, un toque de jarabe natural y se mezcla vigorosamente. Finalmente se abre la coctelera y se sirve en un vaso de jaibol.
- Silver fizz. Este coctel se caracteriza por elaborarse con ron blanco; en una coctelera se agrega un poco de hielo, una cucharadita de azúcar, el jugo de un tercio de limón, un poco de clara de huevo y un toque de agua mineral, se agita la mezcla y se sirve en un vaso de jaibol.
- Royal fizz. Este coctel, como su nombre lo indica, es el rey de los fizz; en la coctelera se agrega algo de hielo, un poco de jugo de limón, dos onzas de jarabe natural, una onza y media de ginebra y una cucharada de azúcar; se agita vigorosamente, se sirve en un vaso de jaibol con hielo y se llena con agua mineral.
- Diamond fizz. Es otro coctel que merece nuestra atención; se sirve también en un vaso de jaibol con hielos, una onza de ginebra, un poco de azúcar, un toque de limón y se llena con champagne.
- Y para finalizar, tenemos al Green fizz. Se prepara en una coctelera y se agregan hielos, dos onzas de ginebra, una onza de crema de menta, jugo de limón, una cucharada de azúcar, una yema de huevo y se agita vigorosamente. Se sirve en un vaso de jaibol y se llena con agua mineral.
Artículo publicado originalmente en el número 36 de la revista El Conocedor.
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