Hacer cocteles sin alcohol es el pretexto ideal para reunirse con la familia a disfrutar.
En México, el consumo de las bebidas alcohólicas ha aumentado en los últimos años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con el Informe Mundial de la Situación sobre Alcohol y Salud 2014, la ingesta de alcohol entre el año 2003 y el 2010 aumentó un 63 % entre la población mexicana.
Hasta 2010, las mujeres consumían alrededor de 5.7 litros de alcohol, mientras que los hombres ingerían cerca de 18 litros per cápita. Este incremento no es del todo favorable, ya que podría ser un indicador de algún tipo de problemática social.
A pesar de que el consumo de alcohol se relacione con socializar y pasar buenos momentos, no se debe confundir con el elemento principal de la diversión. Considerando lo anterior, en este número me di a la tarea de investigar sobre algunos cocteles sin alcohol, con el fin de ofrecerles opciones más saludables y aptas para toda la familia.
La época de la prohibición
A finales del siglo XVIII, durante el siglo XIX y principios del siglo XX, Gran Bretaña y Estados Unidos fueron los pioneros en organizar movimientos en contra del abuso de las bebidas alcohólicas. La preocupación de las autoridades se hizo notable, puesto que las condiciones políticas, sociales y económicas propiciaron el aumento del consumo de alcohol entre las clases populares.
En Inglaterra, por ejemplo, en 1824 Magnus Huss señaló que el consumo excesivo de alcohol causaba problemas de salud, sociales y económicos. Esto ocasionó que fuese visto como un mal hábito, ya que era una amenaza para las buenas costumbres de la época.
Años más tarde, en el otro lado del continente, la problemática fue atacada con mayor rigor y el ejemplo más claro fue el de Estados Unidos. El gobierno promulgó en 1920 la famosa “Ley seca” para evitar el consumo de alcohol entre la población, y castigaba su venta y consumo. Los promotores de la prohibición la llamaron “el noble experimento”, y esperaban que con esta medida disminuyera el crimen y se resolvieran algunos problemas sociales, como la violencia doméstica y la pobreza.
Además de la ley, se promocionaron actividades familiares y emergieron movimientos de templanza, que en principio recomendaban desde restricciones en el consumo de algunas bebidas, hasta la abstinencia total del consumo de alcohol.
Sin embargo, la prohibición propició el aumento del contrabando de alcohol, generó descontento entre la población y dio pie a la aparición de bares clandestinos. Una década de prohibición fue suficiente para lograr una oposición tan grande que hizo que Roosevelt se sumara al rechazo de dicha ley ganando simpatizantes durante su campaña presidencial de 1932. La ley dejó de estar vigente el 5 de diciembre de 1933.
¿Con alcohol o sin alcohol?
De acuerdo con la OMS, el consumo diario de alcohol debe ser de no más de 20 g para las mujeres y 30 g para los hombres. La ingesta total de alcohol dependerá de la graduación alcohólica de la bebida, por ejemplo, si una persona consume 100 c.c. de vino de 13°, la cantidad de alcohol absoluto es de 10.4 g de alcohol puro. Para calcular el contenido en gramos de una bebida alcohólica, basta con multiplicar los grados de la misma por la densidad del alcohol (0.8).
Por otro lado, si lo que buscan son algunas ideas para disfrutar de bebidas sin alcohol y que sean diferentes a las opciones que les ofrece el mercado, les dejo algunas propuestas:
- Herb garden seltzer. Para prepararlo se necesita un vaso largo al que se agrega una pizca de sal, una cucharada de azúcar, hojas de menta, romero y albahaca. Se machaca ligeramente, se le agregan 200 ml de agua mineral y se decora con un listón de pepino.
- Coctel de arándano. En un shaker se coloca un poco de hielo, 3 onzas de jugo de arándano, 3 onzas de jugo de manzana y una cucharada de miel. Se agita ligeramente y se sirve en una copa martinera; se puede decorar con una cereza.
- Limonada de lavanda con coco. Se sirve en una jarra una taza de agua de coco, ¼ de taza de jugo de limón, ½ de taza de azúcar, syrup de lavanda (elaborado con azúcar, agua, lavanda y unas gotas de colorante morado), y agua.
- Coctel de fruta de la pasión. En una jarra se agrega una taza de jugo de naranja, una taza de fruta de la pasión, un trozo de jengibre, un limón cortado en octavos, hojas de menta o hierbabuena y una taza de agua mineral.
- Margaritas frozen sin alcohol: se coloca en la licuadora un poco de hielo, 1/3 de taza de jugo de limón, 1/3 de taza de jugo de naranja, 1/3 de jugo de toronja y 2 cucharadas de azúcar. Se licua todo y se sirve en una copa previamente escarchada con un poco de sal o azúcar.
- Té thai frío: se elabora con una taza de té negro concentrado, hielos, un poco de leche de coco, de almendras o de vaca y se endulza al gusto. Se sirve en un vaso.
En el mundo de las bebidas la creatividad es indispensable, por lo que se pueden hacer diferentes tipos de cocteles sin necesidad de utilizar alcohol. La idea de hacer estas bebidas es que pueden ser el pretexto ideal para reunirse con la familia.
Dato de interés
Para los curiosos que quieran revivir el Nueva York de los años 20 les recomiendo que visiten el hotel The Westhouse, en el cual se ambientó un lounge exclusivo al estilo de la época de la prohibición, llamado The Den.
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