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De la Nueva España al México Contemporáneo: las bodegas nacionales

Difícilmente cuando pensamos en vinos, nos llega a la mente voltear hacia los productos mexicanos, siempre nos gana el posicionamiento de los grandes países productores como España, Francia, Italia o Argentina pero, ¿qué pasa con México?

Nuestro país fue el primer productor de vino en América, además de contar entre sus anales los antecedentes de producir tequila y mezcal; a la llegada de los españoles se introdujo al Nuevo Mundo la vinicultura, convirtiendo a México en el primer asentamiento productor del continente americano.

Las exploraciones de los españoles en las nuevas tierras los llevaron al norte de México en busca de minas para la explotación de minerales y metales preciosos; sin embargo, en medio de la flora nativa y característica de la zona, encontraron una especie de vid silvestre entre los estados de Zacatecas y Coahuila. Los expedicionarios españoles, con su experiencia de producción, decidieron trabajar el vino con estas plantaciones y fue así que en México se fundó la primera bodega, Misión Santa María de las Parras, bajo el mando del señor Francisco de Urdiñola.

Así como esta zona en particular, México concentra varias áreas de vitivinicultura que se concentran en el norte-centro del país: Baja California, Durango, Sonora, Aguascalientes, Querétaro, y por supuesto, Coahuila, lugar donde precisamente se ubica Santa María de las Parras. La ruta del vino mexicano es vasta y única, por ello los invito a recorrer juntos los diferentes estados que conforman la ruta de la vid mexicana. Iniciamos por Querétaro.

Querétaro vinícola

En esta región se localizan los valles más sureños del país y los municipios representativos de la producción de vinos son Tequisquiapan y Ezequiel Montes. El clima es templado y sub-húmedo, con veranos cálidos, lluvias abundantes de junio a septiembre y su suelo es arcillo-arenoso. Las variedades de uva que se cultivan en Querétaro son: St. Emillion, Chenin, Sauvignon blanc y Macabeo, en vino blanco; Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Gamay, Pinot Gris y Malbec, en vinos tintos. Las principales bodegas de esta entidad son Cavas Antonelli, Vinos Hidalgo y Freixenet.

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Baja California, la gran productora

Es tiempo ahora de hablar de una de las áreas con mayor producción de vino a nivel nacional con el 90 %: se trata de Baja California. Cuenta con alrededor de 10 mil hectáreas de cultivo que se extienden a lo largo de la entidad, 60 % se encuentra en tierras del Valle de Santo Tomás y San Vicente, 35 % en el Valle de Guadalupe y San Antonio de las Minas y el resto, en las zonas del Valle de Ojos Negros y Tecate.

Tan sólo en el Valle de Guadalupe se concentran 47 bodegas productoras de vinos, el número es significativo y sucede porque esta región es única. Su ubicación geográfica y por tanto el clima, hacen de este valle excelente y lo colocan al nivel de las regiones tradicionales de Francia.

El Valle de Guadalupe se sitúa a 25 km al norte de Ensenada y se extiende por la zona rocosa-montañosa sobre los márgenes del arroyo Guadalupe. El clima de esta zona es de tipo mediterráneo, con una temperatura mínima media de 8 °C y una máxima media de 21 °C, con pocas lluvias durante los meses de noviembre y marzo. La poca precipitación pluvial es compensada por la alta humedad atmosférica mediante las nieblas marinas que cubren al matorral por varias horas del día.

Por mencionar a algunas de las 47 bodegas que concentra Baja California, destacan Casa Domeq, L.A. Cetto, Bodegas Santo Tomás, Bibayoff, Adobe Guadalupe, Chateau Camou, Monte Xanic, Barón Balché, entre otras. Las variedades mayormente cultivadas en esta región, son Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Chenin Blanc y Thompson, además de varietales de cepas como Boyarda, Nebbiolo, Pinot Noir, Grenache y Barbera.

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Coahuila extremosa

Siguiendo con el viaje en esta gran ruta del vino mexicano, toca momento de hacer escala aquí, con un clima extremadamente caluroso durante el verano y cambios bruscos de temperatura en el invierno. Los suelos son calcáreos y arcillosos con alto contenido de carbonatos. Además de Santa María de Parras, la otra bodega más antigua y destacada de esta región mexicana es Casa Madero, que se fundó en 1597.

Aguascalientes y su ruta del vino

Las regiones productoras de vino en esta entidad son Calvillo, Paredón y Los Romo. Se localizan en un amplio valle entre dos cadenas montañosas. El clima es templado con lluvias en verano y un suelo con gran concentración de sales solubles. Se cultivan las cepas Chardonnay, Muscat Blanc y French Colombard, en cuanto vino blanco; Cabernet Sauvignon, Merlot y Ruby Cabernet en los tintos. Entre las principales bodegas de Aguascalientes podemos mencionar Viñedos Santa Elena, Hansel, Garza y Pimentel, Tavera Díaz y Valle Redondo.

Durango y sus desiertos

Si usted desea continuar este recorrido, es momento de detenernos un poco, virar hacia el norte y sentir el calor intenso del desierto. Nos encontramos en Durango y sí, aquí también se cuentan con regiones productoras de vinos en las cercanías de Gómez Palacio, donde destaca la compañía vinícola Vergel que ofrece brandis, vinos para postres y el tinto Viña Santiago.

Zacatecas y sus uvas dulces

Aquí nos esperan dos regiones, se tratan de Ojo Caliente y Valle de la Macarena. Las características de clima y suelo hacen que estas dos regiones ofrezcan uvas ricas en azúcar y de rápida maduración como la French Colombard, Chenin Blanc, Ugni Blanc, Traminer y Málaga, refiriéndonos a vinos blancos, mientras que para los tintos se cultivan Ruby Cabernet y Petite Syrah.

Para concluir nuestro viaje no debemos dejar pasar la oportunidad de probar los vinos producidos en Sonora, que al igual que en Durango los vinos tienen una tendencia más dulce.

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Así terminamos este breve recorrido por la gran ruta del vino mexicano. La oferta es variada, la producción de vinos en nuestro país crece y las generaciones de familias que emprendieron el vuelo cada vez cuentan con perfeccionamiento y la inclusión de aportes de expertos europeos. No debemos olvidar que en su momento y por tratarse de la Nueva España, nuestro país fue un gran productor de vino; ahora la industria es incipiente, sin embargo, la calidad de los productos ha alcanzado gran reconocimiento en países como Francia, Italia y España, y qué decir del espumoso y demás vinos secos de Freixenet que destacan a Querétaro. Por sus alcances, las grandes bodegas cuentan con mayor presencia en el mercado, si bien existen pequeñas y medianas empresas que ofrecen vinos exquisitos.

Nosotros, como conocedores, nos toca la función de pedir estos vinos e incentivar su presencia para la mayoría y disfrutar en nuestras copas grandes productos, y qué mejor si tenemos la posibilidad de sacar una mochila y vivir la aventura de visitar estas pequeñas grandes bodegas y acercarnos a sus vinos y recorrer juntos la gran ruta del vino mexicano.

¡Salud!

Elías Franco Velarde