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El dulce encanto de los legendarios ingleses

La influencia e importancia de Gran Bretaña ha permeado nuestra cultura, gustos y consumos desde hace al menos dos siglos. El pensamiento político y sus repercusiones económicas y sociales de Occidente tienen su cuna en el “Reino de La Gran Bretaña e Irlanda”, como oficialmente se le denomina al territorio inglés formado por los países de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

Basta echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de la enorme influencia inglesa que en ocasiones dejamos de reconocer ante el estigma que sufre Estados Unidos de ser el “malvado” proveedor de muchos de los consumos creativos, culturales, económicos y políticos en el mundo. Sin embargo, hay elementos que nos ayudan a entender la enorme influencia inglesa en muchos de nuestros gustos musicales, cinematográficos, deportivos y, por supuesto, gastronómicos.

A partir de la Revolución Industrial, Inglaterra se infiltró en el pensamiento político y social y en el desarrollo tecnológico y científico de Europa, América y amplias regiones de Asia y Oceanía. Desde la máquina de vapor, el ferrocarril, la ingeniería civil y textil hasta los inventos y aportaciones científicas de Newton, Alan Turing, Alexander Graham Bell, Robert Boyle, John Wallis, entre un largo etcétera, permearon Occidente de manera fundamental. La literatura es otra muestra: H. G. Wells, Rudyard Kipling, Alexander Milne, el controvertido D.H. Lawrence o la modernista Virginia Woolf, Evelyn Waugh, George Orwell, Graham Greene y Agatha Christie. ¿Has oído hablar a tus hijos o sobrinos de El Señor de los Anillos o de Harry Potter? entonces debemos incluir a sus autores J.R.R Tolkien y J.K Rowling, respectivamente, en la lista… ¡Olvidaba a un clásico!, por poco dejo fuera a un tal William Shakespeare.

Inglaterra nos ha impregnado de su cultura por generaciones y antes de llegar a su gastronomía, muchas veces criticada, dicho sea de paso, recordemos además que a los ingleses debemos verdaderos soundtrack de nuestras vidas con canciones de legendarios grupos contemporáneas como The Beatles, The Rolling Stones, Queen, Elton John, Bee Gees, Led Zeppelin, The Who, Pink Floyd y recientemente Oasis, Coldplay y Robbie Williams. Por si fuera poco, a los ingleses debemos la práctica del deporte más popular del mundo: el futbol soccer, y la invención de otras disciplinas como el rugby, el tenis y el golf. Y aunque la selección es injusta y arbitraria,  pues muchas de las atracciones turísticas, arquitectónicas y artísticas de la Gran Bretaña también deberían ser motivo de un listado y de una breve descripción, urge internarnos en los aspectos característicos de la gastronomía inglesa.

En general, y en contraste con las mencionadas aportaciones británicas al mundo, la gastronomía inglesa  ha sido el blanco de severas críticas al considerársele un arte culinario poco distinguido, pesado, con sabores insípidos, con ingredientes de baja calidad y altas concentraciones de grasa. No es asunto de este servidor internarse en esa discusión porque  además, dentro de esa percepción negativa de los alimentos ingleses, existen dulces y formidables excepciones dignas de destacar y probar. Estos son los postres, golosinas y pastelillos ingleses; verdaderas joyas del poder gastronómico británico y delicias inigualables arraigados en diversas culturas como, por ejemplo, la mexicana.

Sin lugar a dudas, la alta repostería que se consumen en muchas regiones y países de Occidente tienen su origen en los deliciosos y vistosos postres y golosinas ingleses. El listado es particularmente encantador y seguramente los has probado cotidianamente, quizá sin vislumbrar que su origen es inglés: Fairy Cakes (pastel de hadas), también conocido como Cupcake o Mini-Muffin, es un pequeño pastelito frecuentemente cocinado en un molde similar al empleado para hacer magdalenas o muffins; el Apple Pie (o pie de manzana) es uno de los postres más representativos de la Gran Bretaña y sin duda alguna uno de los más consumidos y populares en el mundo. Adicionemos a nuestro manjar, digno de la mejor representación del cuento de Hansel y Gretel, a los muñequitos de jengibre (gingerbread man), el Sticky Toffee (considerado uno de los 5 postres clásicos ingleses), Carrot Cake (pastel de zanahoria), Apple Crumble (preparado con masa de harina, mantequilla y azúcar y casi siempre acompañado de natillas, helado de diferentes frutas), Christmas Pudding, Sponge Cake (Bizcocho), Pumpkin Pie (pastel de calabaza), Banana Cinnamon Bread (pan de banana y canela), Bread and Butter Pudding (budín de pan con mantequilla) y un largo etcétera con aportaciones culinarias de la más alta calidad y sabor.

Pretextos sobran para disfrutar de la inmensa variedad de postres y delicias británicas y conocer sus pastelillos y repostería tradicional que se apoderarán de tus sentidos no sólo por sus formas y colores, sino además por su sabor, aroma y textura. “La hora del Té” se acerca y bien puede ser la oportunidad que estábamos esperando para consumir uno más de los múltiples y dulces encantos de los legendarios ingleses.