Paulina Monarrez Córdoba
Para Sergio Casé, el vino es una tradición de familia; es una bebida para tomarse todos los días: en el almuerzo, en la comida e inclusive en la hora de la cena.
Sergio se inició en el mundo del vino porque venía en su sangre, en sus genes, él es la cuarta generación de su familia; su bisabuelo, por ejemplo, vivió en Piamonte, en Italia, fue un inmigrante que se fue a la Argentina, radicó con su familia en Mendoza y empezaron con la parte vinícola. Uno de sus hijos, padre de Sergio, estudió enología, trabajó en una de las bodegas argentinas más importantes, y fue Sergio quien siempre lo acompañó y supo de inmediato que quería ser como él. Fue así que más adelante entró a una secundaria especializada técnica en enología en el colegio Don Bosco con especialización enológica, para ingresar a la universidad que también funcionaba en el mismo lugar; se recibió en 1999 y empezó a trabajar en Trapiche. Fue una persona dedicada, ya que de inmediato arrancó en Mendoza el proyecto de las Moras, donde estuvo una temporada, porque posteriormente lo pasaron a la sección de la Alta Gama de Trapiche y ahí lleva ya 14 años.
Para él, despertar en Mendoza es todo un paraíso; es como un oasis en medio del desierto, pero con árboles, que es una sensación muy agradable. Sergio disfruta mucho salir muy temprano y recorrer los viñedos, sobre todo a partir de la primavera y ver cómo crece todo, cómo empiezan los brotes y el ciclo que se renueva; desde ese momento ya empieza a pensar en la vendimia que viene, pues a pesar que aun tiene vinos en la bodega de la cosecha 2013 que sigue metiendo en barriles, todavía no termina con una cosecha cuando ya piensa en la que sigue.
Está muy agradecido por tener el trabajo que tiene, porque le gusta y claro, porque le pagan. En la bodega tiene a su cargo mucha gente y busca las mejores maneras de incentivarla para que cumpla con su trabajo, pero más allá de sólo cumplir, quiere que ellos también disfruten de su trabajo así como él lo hace. “Cuesta mucho conseguir a esas personas, porque cada una es diferente y cada cabeza es un mundo”, señala.
Lo que más le apasiona de hacer sus vinos es la incertidumbre de un año a otro, porque puedes tener el viñedo, puedes saber más o menos el clima que va haber, pero hay distintas variables que no las puedes controlar, como el granizo, enfermedades y más, que influyen mucho en la calidad del fruto. Es por esto que él tiene una técnica que empezaron a implementar desde hace 8 años, la cual es para decidir una cosecha por degustación y consiste en probar, degustar y masticar la fruta, para así tratar de imaginar el resultado. Esta es una manera de entrenar al paladar y tener diferentes sensaciones, por ejemplo, probar un vino con barrica o sin barrica es cosa que en una vendimia sólo tienes la experiencia de probar la fruta dos meses al año, y lo que viste en una uva que probaste y dijiste que era maravillosa, puede ocurrir al final al crear el vino que no salió digamos que espectacular y que le faltó algo; es ahí donde él se pregunta “¿en qué me equivoqué?”, y tienes que tomar otro tipo de decisiones. Justo es en esa parte donde tiene que poner mucha atención y cuidado.
Sergio Casé en México. El evento de Denominación Palacio consiste en dar ahí mismo una cata, para aprovechar el lanzamiento del nuevo vino Pure Malbec y entablar relaciones con la prensa. Hay que hacer hincapié en que un enólogo no trabaja sólo en época de vendimia, sino también se la pasa en bodega porque hay que seleccionar, hacer mezclas, así como también tiene que viajar y promocionar el vino, darlo a conocer. No se trata de que venga simplemente a decir que sus vinos son lo mejor, sino que más bien lo que transmite es que tienen un vino para cada tipo de consumidor, para cada paladar, para lo cual tienen un portafolio muy grande y por eso es la idea de cautivar al mayor número de paladares posibles.
Sobre Bodega Trapiche y sus vinos. Cuenta con 1200 hectáreas propias, pero trabajan con 1500 hectáreas de productores independientes a los que les compran las uvas, ya que para las producciones que tienen necesitan uvas de mucha gente; esto significa buscar exhaustivamente y ver qué parcela de toda la hectárea del viñedo es la mejor, porque quizá hay una sección que te gusta y te llama más la atención, o quizá no y te vas a la siguiente porque te parece más idónea; hacer esto es más o menos el equivalente a ser un aventurero en busca de un cofre del tesoro.
Trapiche se encuentra actualmente en 75 países a nivel mundial, es la bodega más importante de su país y hoy en día tienen nuevos dueños, porque la bodega la compró la familia Denver, también argentina, quien está muy entusiasmada con el proyecto.
Bodega Trapiche tiene alrededor de 32 productos, aunque no todos los vinos se encuentran en México, donde hay desde vinos fáciles de beber, sin madera, existe la línea varietal, línea roble, reserva, broquel, medalla y muchos más, esto con la idea de conquistar al mayor número de paladares posible.
Sergio Casé, enólogo, apasionado de su trabajo y de su familia, invita a los lectores y consumidores a probar su vino, el cual te hace vivir y adentrarte en un mundo de sensaciones diversas. Tómalo y disfrútalo en cada momento: en una buena fiesta y celebración el vino no debe faltar. Recuerda que el vino es un mar de etiquetas, y uno de los lemas o frases que siempre se dicen acerca de él es “siempre acompañado con una buena comida y una buena compañía”.
Artículo publicado en el número 36 de la revista El Conocedor.
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