Te gusta

España a la vanguardia

A lo largo de los años, las regiones vitivinícolas han avanzado con el objetivo de ofrecer cada vez mejores vinos. 

Hablar de vinos de la madre patria es reconocer la calidad amparada por las Denominaciones de Origen (DO). Estas certificaciones de territorio son de vital importancia entre las regiones productoras que, alentadas por un mayor interés de los consumidores por conocer el origen y la calidad del producto, buscan alternativas con base en lo que aparentemente encontrarán en una botella.

Factores como el clima, el tipo de suelo y las prácticas productivas de cada zona, tienen un efecto sobre las características del vino que se elabora y lo hace diferente de otros.

Un tema que no se puede perder de vista es el mercado final. Existen DO que alinean sus esfuerzos para acercar vinos a un mercado elitista, en donde se busca que el producto sea diferenciado y que los vinos ofrezcan características muy particulares; en estos vinos el precio no es determinante al momento de la compra, pues quienes los beben saben en lo que invertirán.

Las DOP

Existen además otras denominaciones que buscan llegar a grandes mercados, donde el nivel de detalle antes mencionado no es importante, y en donde los precios bajos sí son una característica y una constante fundamental.

Pero ¿qué sucede cuando los mercados marcan pautas que las DO no pueden cumplir cabalmente? Los cambios comenzaron a suceder desde que España se unió a la Unión Europea en 1986 y se utilizó la Denominación de Origen Protegida (DOP), pues tanto España como Italia y Francia, tuvieron que hacer algunas adaptaciones menores. Sin embargo, el cambio climático y el mercado han marcado pautas de cambio más drásticas.

La innovación en denominaciones de renombre tales como Cava, Rioja o Ribera del Duero, cuentan con una producción de volumen importante, y por ello se han visto en la necesidad de adaptar algunas regulaciones con el fin de encontrar la pluralidad. En el caso particular de Ribera del Duero, se anunció en 2018 el lanzamiento del primer vino blanco con contraetiqueta de la DOP. Se trataba del vino Caballero Zifar, presentado como estandarte de los blancos de esta importante región, elaborado con la uva Albillo Mayor (un varietal que estaba por desaparecer) que destaca por su acidez equilibrada y muy bien integrada, que puede producir vinos jóvenes o de guarda.

Vanguardia en el cuidado de sus DO

Este hecho ha significado uno de los mayores cambios en los 38 años de historia de la DOP Ribera del Duero. La protección en torno a la calidad continúa, pues las bodegas que deseen comercializar vinos blancos con contraetiqueta de la DOP serán auditadas por el Consejo Regulador, quien se asegurará de que todas las condiciones para los blancos Ribera del Duero se cumplan en su totalidad. Sin duda, este es sólo un ejemplo de  cómo España está siempre a la vanguardia.

Como siempre, caten mucho y beban poco.