Hoy viajaremos por Francia, que nos invita a conocerla y a amarla.
¿Estás planeando tus próximas vacaciones?, qué mejor que viajar a uno de los países que desprende en muchos grandes emociones y anhelos. Sus antecedentes históricos, en combinación con su gastronomía, su tradición vitivinícola mundialmente reconocida y ser la sede de grandes firmas de alta costura y perfumería, convierte a este país en un imperdible.
Nos referimos a Francia, cuya capital, París, será un gran destino para consentirte y vivir una aventura como la que el director de cine Woody Allen nos mostró en su filme Medianoche en París, o bien vivir una de aquellas historias que protagonizaban las canciones de la cantautora francesa Édith Piaf, como La vie en rose.
Además de su capital, Francia ofrece otros parajes que sin duda estarán en tu top ten. Aquí te ofrecemos las sugerencias de lugares obligados para visitar y dejar que sus particulares atracciones atrapen tus sentidos.
Toulouse
Esta metrópoli se ubica al sureste del país galo, alejada de los recorridos turísticos habituales. El corazón de la ciudad es La Place du Capitole, que destaca por ser una gran explanada abierta entre las callejuelas pequeñas del centro histórico y por albergar el edificio del Ayuntamiento. Es una ciudad con una importante presencia de edificios religiosos.
A menos de un kilómetro de la Place du Capitole, el edificio más representativo es la basílica de St. Sernin, una de las iglesias románicas más grandes del sur de Francia. Otra recomendación es visitar el Convento de los Jacobinos, cuya iglesia es de estilo gótico meridional y su interior está poco decorado. Llama la atención la estructura, ya que el altar está situado en el centro de la nave.
Mont-Saint-Michel
El Monte Saint-Michel y su bahía están incluidos en el Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1979, y figura entre los lugares más visitados de Francia. Su fundación data del siglo VIII, cuando a un obispo normando se le apareció tres veces el arcángel Gabriel para mostrarle el privilegiado enclave donde debía erigir su templo.
La abadía gótica consta de tres niveles entre los que destacan: el claustro anglonormando del siglo XIII, la iglesia monástica, las criptas y la Sala de los Caballeros, un majestuoso recinto de bóvedas y adornos de 24 m de largo. Cuando sube la marea y el agua rodea el islote en el que se asienta el conjunto, el espectáculo es grandioso.
Lyon
Situada en la región de Ródano Alpes, Lyon ocupa una posición geográfica de excelencia en lo que a comunicación de refiere. La zona histórica representa el corazón de la ciudad, monumentos, centros culturales, restaurantes y diversidad de hoteles. Los viejos barrios de Lyon cuentan con un encanto especial, gracias a sus calles estrechas y los denominados traboule, pasajes que permiten atravesar los edificios cruzando de una calle a otra a través de los patios. Los espacios naturales de gran belleza como la colina de Fourvière, la colina de la Croix-Rousse y el río Ródano, le dan un marco encantador que la hace diferente y única.
Declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, podrás admirar su belleza desde la cima de la colina Fourvière, donde se encuentra la basílica de Notre-Dame de Fourvière que fue levantada en el siglo XIX. También posee una amplia e intensa vida cultural; muestra de ello son sus más de 30 museos: uno de los más importantes es el Musée Historique des Tissus, un palacio del siglo XVIII que alberga en su interior lo que podríamos llamar el monumento a la seda, donde descubrirás la historia y esencia de Lyon.
Bordeaux
La ciudad portuaria de Bordeaux se asienta en el meandro del río Garonne, a orillas del Atlántico. Conocida como el Puerto de Luna es, desde 2007, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y además está considerada como la capital mundial del vino. Su clima es oceánico, pero con inviernos más suaves debido a los vientos del oeste, con veranos largos y cálidos por la influencia de la bahía de Vizcaya.
Hace gala de sus grandes joyas arquitectónicas del siglo XVIII, como el Gran Teatro, el Palacio de Rohan, el Palacio de la Bolsa y la plaza de Quinconces, que conviven dentro de una ciudad viva, cosmopolita, llena de jóvenes universitarios y turistas de todo el mundo. En el barrio de Chartrons se pueden admirar majestuosos palacios y bodegas, fruto de su pasado ligado al comercio del vino. En los barrios como Saint-Pierre o Saint Michel hay una extensa oferta de bares y restaurantes que invitan a disfrutar de su gastronomía acompañada de un buen vino.
Marsella
Es la ciudad más antigua de Francia. Sobre el mar Mediterráneo descansa el primer puerto francés fundado en el año 600 a. de C. por los griegos. El Vieux-Port o Puerto Viejo, es el punto más significativo de Marsella y puedes recorrerlo a bordo del Ferry Boat, un barco gratuito que va de una orilla a otra y que parte de enfrente del Ayuntamiento. Al sur del Vieux-Port se encuentra Notre-Dame de la Garde, también conocida como la bonne mère (“buena madre”, en español), una basílica de estilo neobizantino ubicada en lo alto de una colina desde la que se tiene una excelente vista panorámica de Marsella.
Fuera de la zona del puerto está Le Panier, el barrio más famoso de Marsella y el centro de la ciudad antigua. El más conocido de sus edificios es la Vieille Charité, un antiguo hospital en el que se albergaba a los pobres y mendigos y que ahora acoge iniciativas culturales.
Valle de Loria
Este sitio te cautivará con sus más de 50 castillos que se erigen a la orilla de la suave curva que el río traza entre Angers y Orleans. Bosques, viñedos y colinas, componen un entorno acogedor que fue elegido por nobles y monarcas como segunda residencia. En este hermoso valle destaca la residencia de los duques de Anjou, que se construyó en el siglo XIV sobre los restos de una fortaleza anterior. Hoy, alberga una valiosa colección de artes decorativas francesas, un contrapunto intimista a la vista que ofrecen sus elevados miradores. A 15 km se ubica la abadía de Fontevrault, mausoleo de la dinastía Plantagenet y, por tanto, de la célebre Leonor de Aquitania, madre de Ricardo Corazón de León.
Niza
Uno de los principales centros turísticos de la Costa Azul o Riviera Francesa, cercana a la frontera con Italia en las bajas estribaciones de los Alpes y al este del río Var, ubicada entre las ciudades de Cannes y Montecarlo. Su glamoroso balneario y sus playas atraen a miles de turistas, además ofrece museos como Chagall, Matisse o el Museo de Arte Moderno. La vista al Mediterráneo es inigualable.
Versalles
El Palacio de Versalles es, sin duda, uno de los palacios del mundo más espectaculares, un lugar lleno de historia y un importante atractivo turístico de obligada visita. Versalles fue la capital no oficial del reino de Francia a partir de mayo de 1682, cuando el rey Luis XIV trasladó la corte y el gobierno permanentemente a esta región. Fungió como capital política hasta septiembre de 1715 con la muerte de dicho monarca.
El parque y los jardines de Versalles constituyen un conjunto excepcional y armónico de arboledas, estanques, fuentes, senderos de diversas formas y esculturas.
París
Finalmente está París, una de las capitales más cosmopolitas del mundo, llena de vida de día y de noche. Recorrer sus diferentes barrios y su emblemática avenida Campos Elíseos, es un must. Puedes iniciar el recorrido en el bello barrio de Montmartre y visitar algunos de los lugares más importantes de la ciudad, como la basílica del Sacré Coeur o cabarets como el Moulin Rouge, con la opción de comer delicias francesas en los cafés y restaurantes como el Une Zèbre en Montmartre o el Des Deux Moulins.
Después, visita la catedral de Notre-Dame dedicada a la Virgen María; este edificio es uno de los más antiguos del estilo gótico francés y sirvió de inspiración al literato Víctor Hugo para escribir la novela Notre-Dame de Paris.
La lista sigue con el Museo de Louvre, cuyo acervo alberga varias de las obras más importantes de la historia del arte. Sube a la Torre Eiffel, pasea por el río Sena, visita el Arco del Triunfo y recorre uno de los parques más bellos y extensos de la ciudad, el Parc des Buttes Chaumont.
Como verás, las opciones son infinitas y la belleza de Francia, también.
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