Gran Ricardo, homenaje al vino mexicano

En 1994 es cuando se cosecha la primera vendimia de Gran Ricardo. Aún sin este nombre, se vislumbraba esta añada como un vino de gran proyección y con un futuro que podría cambiar la historia del vino nacional. En 1995, al fallecer Ricardo Hojel, dejó un gran legado, pero sobre todo una gran convicción hacia México.

Gran Ricardo nace como un homenaje a este emprendedor, todo un pionero que anticipó que los valles de Guadalupe en Baja California tenían todo el potencial para convertirse en productores de grandes vinos que sorprenderían al mundo.

Actualmente es uno de los mejores vinos mexicanos a nivel mundial, expresando el terruño del gran Valle de Guadalupe y del Valle de Ojos Negros, Baja California, con fineza, distinción, personalidad propia e inigualable calidad.

Otra diferencia y particularidad de este vino, es que tiene un alto potencial de guarda. Su añada más antigua es de 1994, cumpliendo este año un cuarto de siglo de su primera cosecha.

A 25 años de iniciar esta revolución en el vino mexicano, hay dos preguntas constantes que me hacen cuando hablo de Gran Ricardo. La primera es: ¿cómo se debe descorchar? Es una buena interrogante porque se trata de un vino que cerramos de forma artesanal, uno por uno, con cera roja. Y la respuesta es simple: no traten de quitar la cera, sólo inserten el descorchador por encima de la cápsula y saquen el corcho con cuidado.

La segunda cuestión tiene que ver con la etiqueta de Gran Ricardo, la cual lleva impresa la firma original de Ricardo Hojel. La diferenciación principal de Gran Ricardo es la alta calidad y que, para su producción, se utiliza una parte del viñedo diseñado específicamente para este vino.

Tiene ya en su haber más de 40 medallas de Oro, Plata y Bronce que ha ganado en concursos internacionales desde su primera edición.

Sin duda, hoy el vino mexicano continúa ascendiendo en preferencia, gracias a vinos como Gran Ricardo que han marcado un hito en la historia de esta industria