Un scoby, té negro y un poco de azúcar, es lo único que necesitas para crear kombucha en casa.
Desde hace un par de años, la kombucha (té de kombu) ha ido creciendo en popularidad en muchos de los restaurantes y bares de México. La coctelería empezó a adoptarla como uno de sus ingredientes predilectos, pues la acidez y profundidad que otorga a las recetas, sumado a sus beneficios nutricionales, la volvió rápidamente consentida de muchos cocineros y mixólogos.
Ésta es una bebida fermentada no alcohólica, que se hace a partir de un té o infusión azucarados, que se ponen en contacto con un cultivo llamado scoby (symbiotic culture of bacteria and yeast), conocido como el hongo de la kombucha.
Muchos la mencionan como una bebida apreciada por sus efectos estimulantes y curativos, cuyo origen puede trazarse a China, donde algunos textos la sitúan en la dinastía Tsin en el 221 a. C. Su consumo se extendió por Japón, Rusia y varias ciudades de Europa, convirtiéndose en uno de los productos que se han mantenido en las familias por años; incluso en muchos sitios el scoby es algo que se hereda, como pasa con la masa madre que permite preparar panes con atributos sumamente complejos y benéficos y que son orgullo familiar.
Beneficios de la kombucha
El reciente aumento en su consumo es resultado de una ola de bebidas que buscan ser una alternativa a las gaseosas azucaradas industrializadas. Pero la kombucha no es cualquier líquido. De acuerdo con sus partidarios tiene varios beneficios, especialmente para la digestión, por su gran contenido de probióticos; es muy positiva para la microbiota intestinal y también se han encontrado algunos beneficios hepáticos y para el sistema inmune por sus propiedades digestivas, pues en los últimos años se ha descubierto que la microbiota ubicada en el intestino es parte vital del sistema de defensas del ser humano; la disminución de la caída de cabello y hasta el retraso del desarrollo de la tuberculosis, están entre sus muchas otras virtudes.
Variedad y recetas
Además de su relación con la salud, otra de las grandes maravillas de la kombucha es su versatilidad. Puedes prepararla como desees, lo importante es alimentar al scoby con té -de preferencia verde o negro- y azúcar, pero puedes añadirle otros elementos para personalizarlo a tu gusto.
Algunos de los añadidos más populares en México son: nopal, flor de jamaica, tamarindo, tuna roja, lavanda, menta, pétalos de rosa y jengibre, entre otros, pero hay una diversidad casi infinita de recetas y eso es lo que aumenta su complejidad y preferencia entre la gente.
Elaborar kombucha casera lleva una gran responsabilidad, pues al ser resultado de la fermentación de un cultivo de bacterias y hongos, debemos de tener cuidado que nuestra preparación no se contamine, y por ende, en lugar de aportarnos beneficios de salud, pueda llegar a enfermarnos. Pero prepararla puede ser una de las tareas más satisfactorias que hay.
Sin importar si la kombucha es casera o adquirida de un productor especializado, puedes consumirla sola, incorporarla a algunas recetas de cocina (que van desde marinadas y aderezos hasta smoothies), o como parte importantísima de cocteles.
Te comparto uno de mis favoritos, inspirado en un Mojito:
Coctel de kombucha
8 hojas de hierbabuena
¼ de manzana verde molida
1 o 2 cucharadas de azúcar
2 oz de Tanqueray
10 ml jugo de limón
3 oz de kombucha
Top de soda
Técnica: shake
Preparación: en un shaker, macera por un par de minutos las hojas de hierbabuena con el cuarto de manzana verde, el azúcar y el jugo de limón. Añade la ginebra junto con la kombucha y shakea. Cuela en vaso highball y sirve con top de soda.
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