Los tapones de corcho natural se han utilizado durante siglos en la industria del vino. Sin embargo, hay ciertos problemas que pueden afectar la calidad del producto por la utilización del corcho: alrededor de un 5 % de los corchos naturales utilizados en vinos son responsables de algún problema de calidad, el cual es considerado como una cifra altamente riesgosa.
La industria del corcho no ha reaccionado rápidamente a los parámetros de calidad exigidos por los productores de vino. De hecho, algunos de los principales problemas causados por los tapones de corcho naturales son: el deterioro, las fugas, el desmoronamiento y la mancha del vino (que también se conoce como “vino encorchado”).
Alternativas al corcho
Ya hay una gran variedad de alternativas que han sido probadas para conservar la calidad de las botellas de vino. Los tapones de rosca se han utilizado desde hace varios años en la industria de alimentos y bebidas y han demostrado ser eficaces con las técnicas de conservación. Los productores comienzan a mostrar interés en esta tecnología y comienzan a aplicar este producto en las botellas de vino.
El cierre de tapón de rosca, que también se conoce como el cierre Stelvin, es un producto conocido para resolver todos los problemas causados por el corcho natural, y aunque esta tecnología ha existido por cerca de 30 años, su uso está todavía bajo supervisión, debido al hecho de que no hay estudios a largo plazo que garanticen su eficacia o sobre el proceso de envejecimiento. Con todo, el uso de la tapa Stelvin ha tenido éxito en países como Nueva Zelanda, Australia, Suiza y Estados Unidos, pioneros en esta costumbre y cuyos consumidores son considerados más abiertos a la innovación.
El vínculo con el corcho natural
Por otro lado, este corcho es visto como una tradición y un ritual que se ha utilizado durante cientos de años, porque es percibido como un acto en el que los consumidores experimentan el arte romántico del consumo de vino y de hecho tienen un vínculo emocional con el corcho natural; por ende, tienen dificultades para aceptar la tapa rosca, ya que crea sentimientos de confusión y desconfianza.
México es un país productor desde hace siglos; sin embargo, la cultura del vino se ha desarrollado apenas en los últimos 30 años y encontramos a un consumidor más tradicional. Los productores de vino comienzan a reconocer la posibilidad de utilizar tapones de rosca para vinos de alta gama, pero se tropiezan con el comportamiento del consumidor, ya que relacionan los Stelvin con los productos de mala calidad.

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Entonces el reto consiste, por un lado, en que los productores continuemos en la apuesta de la búsqueda de nuevas técnicas y estudios de largo plazo en los efectos del uso de la tapa en el vino. Por otro lado, debemos lograr que el consumidor esté dispuesto a sacrificar ese momento que consiste en sacar el corcho y destapar lentamente un vino, por asegurar que la calidad sea mejor y no haya sorpresas desagradables debido a un corcho en mal estado.
Pensando en un consumidor actual, dinámico en su estilo de vida, no es difícil imaginar que en el futuro se convierta en un momento especial y feliz el acto de girar una tapa sin necesidad de utilizar un sacacorchos al destapar un gran vino para recordar.
Hans ackhoff