Viajemos por todo México, aprendiendo de la identidad de cada pueblo, de su gastronomía y su cultura.
A mi parecer tenemos la mejor herencia culinaria del mundo. He tenido la oportunidad de viajar por todo el país, y mientras más conozco y aprendo, me doy cuenta que me queda mucho por descubrir.
La variedad de platillos que encontramos es tan amplia como el número de cocineros que hay. Una misma receta cambia dependiendo de quien la ejecuta, ya que imprimimos en nuestras creaciones conocimientos heredados de la propia familia, y conocimientos adquiridos que con los años vamos haciendo propios.
¡Que viva la cocina local!
Y qué decir de las celebraciones y tradiciones que distinguen a cada estado de nuestro país. La ubicación geográfica marca la identidad de cada lugar y, por lo tanto, del restaurante que te recibe.
Hay que recordar que la palabra restaurante viene de restaurar y se refiere a “restaurar el cuerpo y el alma”.
Dependiendo de la región hay diversas opciones que se valoran porque transmiten su herencia culinaria. Por ejemplo, si tienen la oportunidad de visitar Tlamanalli, de la cocinera Abigail Mendoza, en Teotitlán del Valle, entenderán a lo que me refiero. Hablando del estado de Oaxaca podemos encontrar otros grandes de la cocina local como los chefs Alejandro Ruíz, Manuel Bañuelos, Luis Arellano y Rodolfo Castellanos, cuyos restaurantes marcan la pauta en la gastronomía de la región.
En toda la República encontramos magnos representantes de su cocina sin dejar de imprimir un sello propio; descubrimos cada vez más cocineros mexicanos reconocidos a nivel mundial, y además tenemos la fortuna de que México es considerado un destino gastronómico de gran calidad.
Cada quien habla de la fiesta como le va, y hablando de lo que tengo de primera mano, la Ciudad de México, la más cosmopolita de todo el país, de la que considero que la oferta gastronómica está a la par de cualquier otra ciudad importante del mundo. Pero sin duda, lo que nos diferencia de los demás, es la herencia culinaria que hemos conservado desde tiempos ancestrales.
En las pequeñas poblaciones es donde podemos encontrar estos ejemplos de manera más clara, sin embargo, actualmente estamos rescatando cada vez más tradiciones, técnicas e ingredientes. Si antes la tendencia era apostar por las culturas europeas y orientales, hoy México está en tendencia.
Esto tiene sentido porque es evidente que tenemos que cuidar al planeta y para ello debemos recurrir a lo que tenemos a la mano, a los productos que se producen en cada región y evolucionar como grupo, luego como comunidad y finalmente como nación, trascendiendo a través del conocimiento y el ejemplo.
No pierdan oportunidad de viajar por todo el país, aprendiendo de la identidad de cada pueblo y de su gastronomía. Y recuerden, que en la vida y en la cocina, menos es más.
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