- Hace 600 mil años a. de C., los primeros pobladores del planeta fueron principalmente herbívoros debido en gran parte a su falta de herramientas, aunque se alimentaban ocasionalmente de moluscos, aves y pequeños animales. Con la aparición del Homo sapiens sapiens, hace unos 40 mil o quizá 100.000 años, nos convertimos en cazadores; a partir de entonces la carne se convirtió en el alimento principal.
- En la actualidad existe un gran debate sobre si comer carne es saludable o no; sin embargo, se trata de una decisión personal. Pero ¿cuál es la cantidad ideal de carne? Según los expertos el consumo ideal de carne roja no debe sobrepasar los 210 g a la semana y el doble para las carnes blancas, es decir, 420 g. Por su parte la OMS aconseja consumir 500 g de carne por semana.
- La carne tiene una gran cantidad de proteínas, el nutriente del que se forman los huesos, músculos, cartílagos, piel, enzimas y hormonas. Es fuente de calorías que dan energía al organismo, vitamina B que ayuda a mantener el sistema nervioso saludable, así como a la producción de glóbulos rojos; además contiene hierro, zinc y magnesio, minerales fundamentales para las funciones bioquímicas.
- La sensación de placer o bienestar que ofrece la carne después de haber sido consumida se debe a la sustancia estimulante hipoxantina, que nos hace sentir bien y llenos de vitalidad. Es por ello que algunas personas fácilmente se vuelven adictas a la carne, lo cual trae consecuencias negativas. Algunos ejemplos del malestar de esta afición desmedida son: cansancio, insatisfacción, mala digestión y acidez.
- El término de preparación de la carne se refiere a qué tan cocida se desea comer. El término rojo inglés es un sellado, es decir, sólo está cocida por fuera y completamente cruda por dentro. El término medio, como su nombre lo indica, es medianamente cocido y casi siempre implica estar medio crudo por dentro. Y el término ¾ se refiere a un corte casi cocido, mientras que “bien cocido” se refiere a totalmente cocido.
- Lo más recomendable para poder disfrutar al máximo el sabor de la carne es el término medio, sobre todo mientras más grueso sea el corte, pues así conserva más su jugosidad y sabor, con la suficiente temperatura para derretir la grasita que contiene. No obstante, mientras más delgado sea el corte, como arrachera o bistec, lo más recomendable es ¾, pues así la grasa llega a su punto exacto que en término medio. No se recomienda consumirla bien cocida, ya que la carne pierde el 70 % de agua, dejando un corte muy seco y sin sabor.
- La preparación ideal de la carne no solo depende del gusto personal, sino del tipo de corte. Los cortes más duros se recomiendan en estofados o guisados que ablanden y humecten con el líquido a la carne, los cortes más blandos o jugosos se recomiendan a la parrilla, al horno o a la plancha.
- La herramienta más utilizada para ablandar los cortes son los mazos ablandadores, ya sea de madera o de aluminio, con los cuales al golpear la carne se consigue suavizarla. En algunos establecimientos exclusivos tienen cámaras de añejamiento que consiguen una carne sublime y suave después de cierto tiempo. Se aconseja usar poca sal y aplicar minutos antes de servir para conseguir mayor suavidad. Algunos condimentos que además de dar sabor también ayudan a suavizar son la cerveza, el limón, el vinagre de manzana y el jugo de tomate.
- Un filete extraído de la misma pieza de carne puede resultar suave o duro dependiendo del corte. Por eso lo ideal es observar la dirección de las fibras de la carne y cortar de forma transversal a éstas.
- Las formas más comunes de servir la carne son en tabla de madera o en asador; normalmente se sirve el corte entero, ya sea grueso o delgado. Sin embargo, también se puede servir cortado en dos partes iguales, en fajitas o en varios cortes delgados.
- Los cortes de carne más famosos en el mundo son el lomo bajo o T-bone, el Porterhouse, el top sirloin, churrasco o solomillo, el bife ancho o rib eye steak, el medio lomo o New York steak, la arrachera, la picaña, el tomahawk y el kobe.
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