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Los colores del mole

Moles hay muchos, clasificaciones, también, pero hoy quiero hablaremos de ellos a través de sus colores

¿Qué sería de México sin su maravillosa gastronomía? Es difícil imaginarlo, puesto que es tan diversa, compleja y distinta que a través del tiempo nos ha dado varios platillos representativos en cada uno de los estados. Sin embargo, hoy quiero platicarte de uno de ellos, el mole, pero desde el encanto de sus colores. 

Como se sabe, el mole tiene origen prehispánico pero se enriqueció con la llegada de los españoles. Así, el mulli –salsa en náhuatl-, como lo denominaban los aztecas, pasó de ser una preparación de chiles, cacao y guajolote, a tener dentro de su composición, a veces, más de 25 ingredientes. 

Hoy en día, de acuerdo con información del Gobierno de México, existen más de 50 tipos de mole a lo largo de la República Mexicana y hasta 100 formas de prepararlo. Entre los más conocidos está el mole poblano y por supuesto, los siete moles de Oaxaca (negro, rojo, coloradito, amarillito, verde, chichilo y manchamanteles). 

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Sin embargo, además de su aroma, sabor y textura, el mole tiende a enamorar desde el primer momento gracias a los colores que posee, por lo que este día quiero honrar esta característica que también lo llena de vida. 

  • Mole negro

Para muchas personas este es mole más rico de todo el país, y aunque puede o no serlo para ti, lo cierto es que es una de las preparaciones que más ingredientes contiene: chiles tostados, tortilla quemada, pan de yema, plátano macho, semillas, frutos secos, especias, chocolate, azúcar y más, forman parte de su esencia. Aunque, una de las singularidades de este mole es el color negro intenso con un brillo muy especial. 

  • Mole blanco

También conocido como mole de novia, esta creación es de origen poblano y se ha popularizado por ese particular tono blanco -que no es tan común en los platillos- y la textura, muchas veces tersa, que tiene. Entre los ingredientes que contiene para darle ese color está el pulque, almendras, piñones, jerez seco y chile güero. 

  • Mole verde

Sin duda, este es de los más populares en todo el país. Los matices pueden ser distintos dependiendo de la receta. Por ello, hay moles verdes que pueden ir desde los tonos más apagados, parecidos a la aceituna, hasta los más vivos y brillantes, todo depende tanto de la frescura como de la cantidad de hoja santa, pepita de calabaza, tomate y epazote que contiene. 

  • Mole rosa

No cabe duda que los moles son fascinantes, como este mole rosa originario de Santa Prisca en Taxco, Guerrero. Por supuesto, su nombre honra el intenso y peculiar tono rosado que le da el betabel y el piñón rosa, principalmente, aunque en ocasiones, algunas recetas señalan que también hay que agregarle cebolla morada y decorarlo con pétalos de rosa. 

  • Mole amarillo

Aquí tenemos otro de los representantes de Oaxaca, específicamente del Istmo de Tehuantepec. Su hermoso color -que puede ir desde un amarillo intenso hasta algunos matices naranjas- se lo da, principalmente, los tipos de chile con los que se elabora, entre ellos están el chile ancho, guajillo, chilcostle, costeño amarillo o chilchuacle amarillo. Además, muchas veces, al servirlo, se utilizan verduras verdes como la calabaza o ejote para lograr un contraste divino. 


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