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Los vinos chilenos

Chile es un país bendecido por la naturaleza gracias a que tiene barreras naturales que lo protegen; por ello, es el único que no ha padecido de filoxera.

La producción de vinos en Chile se extiende desde los 30 a 40º de latitud sur, por todo el valle central, desde la tercera a la séptima región. Tiene cuatro grandes regiones vitivinícolas: la norte, que comprende la zona cercana al puerto de Coquimbo con los valles de Elqui, Limarí y Choapa (la zona interior de la cuarta región con el Valle de Elqui a la cabeza, es la principal productora de pisco del país); la segunda es la de Aconcagua, que a su vez se divide en subregiones, como el Valle de Aconcagua y el Valle de Casablanca, así como la región central formada por el Valle de Maipo, Valle de Rapel, Valle de Curicó y Valle del Maule. Finalmente, la frontera sur del viñedo chileno la constituye la región sur, con los valles de Itata y Bio-Bio.

Los valles que se encuentran hacia el sur y hacia la costa son más fríos y tienden a producir mejores vinos blancos, ya que son zonas de clima más templado que mantienen los precursores aromáticos. Hacia el norte y tierra adentro, donde hace más calor, existe tendencia hacia los vinos tintos, debido a la diferencia de temperatura entre el día y la noche, la cual favorece la formación de polifenoles, responsables del cuerpo y color que adquieren.

Un vino consentido en México

En México, a nivel de valor, el consumo de vino se orienta a España, particularmente a Rioja. Sin embargo, a nivel de volumen, el vino chileno es el preferido. Existen dos condiciones para esta preferencia. Una es que en los años 80, el ingreso de estos vinos a nuestro país fue con arancel cero y el mercado se inundó de vino chileno, especialmente de precio bajo. La segunda es que Chile se ha enfocado al mercado de exportación, ya que atiende una demanda local, pero su producción es muy amplia: casi el 70 % de su producción se exporta. El vino chileno se ha logrado posicionar como una de las mejores zonas productoras de vino en términos de relación precio-calidad.

Además, debemos apreciar que tiene un excelente terroir, es decir, la mezcla de un clima mediterráneo templado con las particulares características geográficas del país, hacen de Chile un lugar ideal para desarrollar una viticultura sustentable que permite obtener una amplia variedad de estilos de vino. Ahí, la naturaleza provee todo lo que las vides necesitan para producir una fruta de gran calidad. Cabe destacar que las uvas más plantadas y apreciadas son Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Sauvignon Blanc y, desde luego, Carménère.