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México bajo la lupa del climat

Solo por echar un vistazo a nuestro México, puedes notar que tenemos zonas con grandes diferencias en suelos y variables climatológicas y orográficas. ¿Realmente conoces los vinos nacionales? 

Dentro del mundo del vino existen grandes diferencias entre los climas, suelos y sus composiciones que hacen que ciertos vinos tengan mayor renombre que otros. En Europa, desde hace muchos años, entendieron que el terruño o los suelos, junto con el clima y la adaptación de las plantas, hacen una gran diferencia en la calidad de los vinos, y eso mismo se ha implementado en Australia, Argentina, Chile, Estados Unidos, y muchos otros países. Entonces ¿por qué no adaptarlo en México?

Los suelos como responsable del vino 

Desde hace varios años, un trío de bodegas ha desarrollado protocolos para hacer que los suelos sean en verdad los responsables de la caracterización de los vinos, logrando así una diferenciación en su gusto y estilo, lo que lleva a identificar por medio de los suelos los diferentes estilos que hay en el país. Cada estado -de los 14 productores actuales de vino- tiene suelos y climas diferentes en donde las plantas de vid tienen un desarrollo particular, dando nombre, aroma, gusto y estilo a los vinos de la zona.

De hecho, se sabe que por resonancia nuclear se puede definir el espectro aromático de cada zona de producción, haciendo que los valles tomen notoriedad, al igual que en Francia con el famoso climat, que representa la conjugación de sol, agua, nutrientes, vientos, altura, orientación, microorganismos, y un sinfín de cualidades que la zona puede expresar.

Las zonas de México

Sólo por echar un vistazo a nuestro México, vemos que hay zonas con grandes diferencias en suelos y variables climatológicas y orográficas. En Ensenada, en los 12 o 13 valles de viticultura de la zona, cada uno tiene suelos completamente diferentes, mientras que en Mexicali, la temperatura, la presión atmosférica, la depresión sobre el nivel del mar y los suelos arenosos derivados de la salida El Colorado por acumulación durante miles de años, tienen un impacto.

Está el Valle de las Palmas con suelos arcillo-arenosos; mientras que el Valle de Guadalupe, con estructuras de arena, arcilla y granito en sus tres zonas diferenciales, crean vinos con estilos peculiares; en Calafia, está la arcilla arenosa, con menos influencia marítima y menor contenido de cloruro de sodio (sal); en tanto que El Porvenir, posee suelos arenosos y de alto contenido en cloruro de sodio, mientras que el Valle de San Antonio de la Mina tiene suelos graníticos y mayor influencia fresca del océano. Yo creo que con esto se tienen diferenciales claros para que en el mismo Valle de Guadalupe sea muy diferente la viticultura.

Está San Vicente, con suelos arcillosos férricos, mayor cercanía al mar y calidad de agua; Ojos Negros con suelos calcáreos, que a mayor altura (700 msnm) y composición de sales baja, hace que los vinos tengan diferencial tanto en maduración como en suelo, aromas y estilos. También en la zona ensenadense existen pequeños valles escondidos, como en donde se encuentra la bodega Dovinto, con climas frescos influenciados por el mar, salinidad baja y manejo de suelos orgánicos, lo cual genera la microflora que da distintivo a sus vinos.

Estudios en suelos

Pero lo mismo ocurre al ir a Parras, en donde Casa Madero ha hecho, desde hace varios años, estudios de suelos para potenciar las zonas arcillosas calcáreas que tienen en sus viñedos, haciendo vinos longevos y de elegancia aromática inconfundible. A 600 metros más de altura (2100 msnm), Don Leo posee suelos más arcilloso-férricos, con integración de grava en algunas zonas, pero cuya altura marca un gran diferencial para sus vinos. En tanto que la zona de Los Cedros y Hacienda Florida, de arcillas calcáreas con influencia de los vientos alisios, crea un microclima muy diferente que se ve mitigado en algunos casos por la sierra de Arteaga.

Chihuahua, con desarrollo en pleno desierto, en escorrentías de ríos de suelos gravosos, sorprende con elaboraciones elegantes y de gran profundidad para aromas terciarios. Sonora es una atípica zona de vitivinicultura en donde la arena, sus altas temperaturas, así como su fotosíntesis complicada, dan origen a estilos diferentes de vino. En Zacatecas y San Luis Potosí, por su parte, tienen suelos de arcilla roja, parecidos al sur de Italia, por lo que ofrecen vinos de estructura tánica, carga aromática y una peculiaridad en evolución de aromas terciarios. En cambio, Aguascalientes, de suelos pobres y arcilla con arena, expresan gran frutalidad con elegancia. Y está Guanajuato, con sus suelos calcáreos pobres en materia orgánica, pero que dan vinos elegantes con aromas minerales y escuetamente frutales.

La zona centro y sur de México 

Llegando a Querétaro encontramos suelos duros de roca calcárea llamada tepetate, formando un zoclo calcáreo que dificulta el drenaje del agua, pero que dan vinos elegantes para elaboraciones en blanco y espumosos. Al mismo tiempo, está la zona granítica de Peña de Bernal o yendo hacia el sur, Vinaltura, con su arcilla negra y que hace la diferencia con la elegancia de sus vinos.

Michoacán también da lugar a suelos de viticultura, al igual que Jalisco, cerca del lago de Chapala, suelos con mayor cantidad de materia orgánica, pero de futuro desarrollo para vinos de calidad. No se escapa Puebla, en donde Tehuacán posee suelos calcáreos de restos fósiles -en algunos casos de material orgánico-, que dan espectros aromáticos nuevos para este gran abanico.

Si después de esto crees que todos los vinos mexicanos son lo mismo, te invito a que te des una vuelta y pruebes todos los estilos que marca nuestro climat. Una zonificación es necesaria para entender los estilos, y sería magnífica para nuestro país que está en pleno desarrollo vitivinícola.