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Naranja, ¿el nuevo color del vino?

Vino tinto, vino blanco, y vino rosado, representan las tres grandes categorías del vino en relación a su tonalidad. Sin embargo, existe una cuarta que encuentra en un boom a nivel mundial; me refiero al famoso vino naranja.

Miguel A. Cooley

Muchos pensarán que este tipo de vino es de reciente invención. En realidad, su origen se remonta a más de 4.000 años en la región de Georgia, donde producían vino de estas tonalidades en ánforas de arcilla o terracota -denominadas kvevri-, que eran enterradas bajo la superficie.

Hoy en día, el vino naranja se puede conceptualizar de dos formas; la primera con el método original o tradicional, que consiste en fermentar un vino blanco de la forma en que se producen los tintos, es decir, que la fermentación se genere en contacto con las pieles u hollejos de las uvas blancas. Cabe recordar que los blancos se vinifican después de prensar las uvas para evitar coloración y taninos, incluso sensaciones astringentes.

De esta forma, una vez terminada la fermentación, el vino quedará macerando o reposando con los hollejos de las uvas -generalmente por varios meses-, lo que da como resultado que estos vinos procedentes de variedades blancas vayan obteniendo una coloración cercana a los tonos ámbar; de ahí el nombre de vino naranja.

Este tipo de vinos y sus uvas suele elaborarse siguiendo los principios de los vinos orgánicos o naturales, incluso es muy común que su proceso se realice con los métodos ancestrales de fermentación y maceración, en tinajas o ánforas de arcilla.

Países del vino naranja

Los mejores productores los encontramos en Italia y particularmente en el Friuli, además de Eslovenia y Georgia, sin embargo, se considera al enólogo italiano Joško Gravner como el productor que rescató este tipo de vinos, elaborándolos con las técnicas tradicionales, libres de tecnología y posicionándolos como una tendencia a nivel global.

A nivel de cata, los vinos naranjas son rústicos y fuertes, presentando acentos de fruta madura o confitada, miel, mantequilla y pan; en boca son corpulentos, de acidez media y ligeras sensaciones tánicas.

Por otro lado, existe otra forma de conceptualizarlos, y me refiero al vino naranja del Condado de Huelva. Estos vinos españoles, protegidos como una Denominación de Origen, consisten en la elaboración de blancos aromatizados con cáscaras de naranjas maceradas, es decir, el mosto de la uva será macerado con un preparado natural de cortezas de naranjas amargas y alcohol etílico por un periodo superior a seis meses, para después filtrarlo y pasarlo a un proceso de envejecimiento en botas de madera durante dos años, mediante un sistema de soleras y criaderas similar a la elaboración del jerez o brandy.

Ambas opciones representan lo que conocemos como vino naranja. Pero la primera, se refiere a una forma muy tradicional de elaboración de vinos cuya tonalidad es parecida a este color y que se encuentra en total boom internacional; mientras que la segunda presenta vinos en cuya cata, y por su tipo de maceración, se encuentran intensas notas aromáticas y acentos gustativos reales de naranjas amargas.

Las dos opciones son diferentes y muy aceptables, además de que confirman la versatilidad del maravilloso mundo del vino. ¡Salud a todos los lectores!