Si tuviéramos que elegir al mejor servicio de comida a domicilio que hemos probado, sin pensarlo sería esta joya Thai
Christian Martínez
La cocina tailandesa es quizá una de las más complejas, excitantes e interesantes del mundo. Y a pesar de sus muchas similitudes y paralelismos con la cocina mexicana, es una de las menos exploradas en la Ciudad de México.
Fue apenas hace unos años que una pareja de visionarios, formada por Somsri Raksamran (o Ana, como le gusta que le digan) y Eleazar Ángeles, se propuso abrir un espacio que, en muy poco tiempo, se convirtió en un santuario no sólo de sabores exquisitos, sino también de la más cálida hospitalidad que puede ofrecer un restaurante.
Tras el arrollador éxito de su principal proyecto, Galanga Thai Kitchen, así como de su hermano menor Kiin Thai-Viet Eatery, durante la cuarentena del 2020, surgió el proyecto de comenzar una nueva forma de hacer llegar sus fantásticos platillos a más público: de una forma más accesible, pero igual de emocionante que en sus impresionantes comedores capitalinos.
Para lograrlo, idearon un nuevo concepto: Pin-Tó. Tomando el nombre de una suerte de lonchera tradicional tailandesa (o un recipiente que recuerda a los bentō japoneses), esta dark kitchen tuvo un éxito inusitado. Y no fue para menos, ya que desde su concepción planificaron muchos detalles que, bajo la inspiración y resiliencia de sus creadores, la convirtieron en uno de los más conspicuos referentes de la comida para ordenar.
Esperanza, alegría color y sabor
Desde su empaque al momento de recibirlo, sabes que Pin-Tó es una celebración a la vida, a la energía positiva y a la esperanza. Ni más ni menos, que la misma esencia de los sabores brillantes, cálidos (y al mismo tiempo frescos) que representa la comida tailandesa. Entre colores intensos y dibujos que nos transportan al sureste asiático, abrir cada uno de los contenedores es una sorpresa tras otra.
Flores multicolores, hojas de plátano y bellísimos aromas, invaden los sentidos cuando abres una caja de Pin-Tó. Y una vez que te has rendido a su conquista visual, al probar no te queda más remedio que enamorarte de la intensidad de su contenido: ya sea un rollo de vegetales envueltos en papel arroz, un curry verde o rojo que invade con sus notas de coco, lima kaffir o albahaca tailandesa, o una Som Tum, la clásica ensalada de papaya verde… tu paladar explota de emoción.
Mención aparte merecen los postres, esas maravillas dulces que la chef Somsri ha convertido en pedacitos de paraíso para deleite personal. Entre los sabores a té thai, frutas tropicales y jazmín, el favorito sin duda es el Mango sticky rice, una popular preparación de las calles de Tailandia, en el que la simpleza de un arroz glutinoso se suma a la frescura del mango recién cortado y se baña en coco. No es una exageración decir que quien escribe estas líneas, ha llorado de placer al probarlo.
Bebidas tradicionales y deliciosas
Por si fuera poco, en el lado de las bebidas, hay también una propuesta interesante. Desde sus sodas de lemongrass y lichi, hasta su variedad de cervezas tailandesas o la genial creación de Eleazar, la hidromiel Khá, no hay forma de que la experiencia no sea más completa. ¡Imposible no rendirse ante esos placeres líquidos que inundan los sentidos!
En resumen, cuando pides en Pin-Tó, lo que recibes en casa es mucho más que alimentos: es una experiencia deliciosa en la que tu paladar se enfrenta a nuevos y excitantes sabores. Lo que recibes es felicidad hecha comida. Y si algo bueno nos pudo dejar la larguísima pandemia, han sido proyectos interesantes y deliciosos como éste.
Muchas gracias a Somsri y Eleazar por no rendirse ante los tiempos difíciles y, sobre todo, por encontrar la fuerza y creatividad para seguirnos inspirando con su calidez, su calidad y sus sabores. ¡Larga vida a Pin-Tó!
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Pin-Tó Thai To Go
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