Hablar de Portugal es colmarse los sentidos para expresar la esencia de un país tan diverso, pero tan desconocido, que sorprende a todo amante y profesional del vino.
Europa cuenta con una diversidad enológica, gastronómica y cultural que inspira a conocer cada vez más su espíritu vibrante. Tal es el caso de Portugal, que lucha por el reconocimiento de sus 14 regiones vinícolas en aras de lograr la construcción de una nueva identidad enológica mundial, gracias a la vastedad de sus cepas autóctonas. Para ello daremos un breve recorrido por algunas de sus regiones y así adentrarnos en el corazón de sus vinos y bodegas.
Lisboa
Sin duda, la filosofía enológica y agronómica que se vive en Portugal nació en su capital, gracias al Instituto Superior de Agronomía y de la Universidad de Vila Real, a través de las nuevas generaciones que están apostando por mostrar la diversidad que ofrece no sólo Lisboa, sino el país entero.
Debido a su cercanía con el Atlántico, donde predomina un clima mediterráneo y en conjunto con los suelos arenoso-calcáreos, se desarrollan vinos frescos, vivos, agradables, con cepas como Arinto, una de las más destacadas, así como Fernão Pires, Alicante Bouschet y Castelão. Bodegas como Quinta do Gradil, demuestran de manera imponente la calidad de los vinos de la región al elaborar su vino 100 % Arinto fermentado sur lie en cemento durante seis meses.
Porto
La historia de los vinos de Portugal nace en Porto, región rodeada de una belleza arquitectónica única, abrazada por el imponente río Douro, que refleja el espíritu de sus vinos. Recorrer sus bodegas por las estrechas calles que conducen al puerto, se convierte en parte de la magia de la región.
Bodegas históricas como Kopke -la más antigua desde 1638-, Ramos Pinto, Ferreira, Sandeman, Cálem, entre muchas más, con vinos que provienen de los viñedos del Douro, mantienen la tradición de guardarlos cuidadosamente en Vila Nova de Gaia, hasta esperar el mejor momento para embotellarlos.
Douro
Esta región hace honor al río que atraviesa sus imponentes viñedos cultivados sobre terrazas en suelos de pizarra, lo cual le permite el enorme privilegio -dada su compleja labor de campo- de gozar de las vistas más maravillosas en el mundo del vino.
La diversidad de microclimas que posee, es marcada por su altitud, que oscila entre los 100 y 500 msnm, lo que permite la producción de distintos estilos de vino que van desde blancos, rosados, tintos y fortificados por tradición. Cepas clásicas como Tinta Barroca, Tinta Roriz y Touriga Nacional son su emblema, aunque apuestan fuertemente por variedades blancas como Gouveio y Viosinho.
Lo que se busca es colocar a Douro a la vanguardia en tendencias enológicas con vinos naranjas, pero al mismo tiempo, conservar la tradición que los vio nacer con oportos de alta gama, que es representado por bodegas como Poças Junior. El valioso trabajo del rescate de cepas centenarias de distintos productores y su identificación genética, labor que Quinta de Crasto realiza de manera impresionante, le han valido encontrar una identidad reconocida a nivel mundial, Old Vines Blend. Su vino top, Vinha da Ponte, proviene de una parcela de casi dos hectáreas, con cepas antiguas de 54 variedades distintas. Wine&Soul, bodega boutique, es un referente en el Douro por su rescate titánico de pequeñas parcelas centenarias que habían sido olvidadas, y de donde hoy nacen sus multipremiados vinos bajo la línea de Pintas y Manoella.
Vinho Verde
Al ser la región productora de mayor extensión de Portugal bajo el dominio de las cooperativas para la producción de vinos blancos amables y fáciles de beber, existe una ola de vinos de alta gama que busca, bajo producciones pequeñas y controladas, dar una identidad extraordinaria no sólo a sus vinos blancos, sino también a vinos espumosos elaborados bajo el Método Clásico, toda una sorpresa.
Productores como Quinta do Regueiro, con su vino Alvarinho Reserva, representan la identidad boutique de los grandes vinos blancos de la región, elegantes y longevos, de gran prestigio.
Dão
Conocida como la Borgoña de Portugal, florece en medio de hermosos bosques que dan vida a la región. Su clima continental, con suelos graníticos y de esquisto que aportan una sutil mineralidad, le dan personalidad a sus vinos. Entre variedades como Encruzado, Touriga Nacional, Tinta Roriz y Jaen, se encuentran vinos únicos.
No es sorpresa que el mejor vino espumoso de Portugal, reconocido nacional e internacionalmente, nazca en el Dão. Elaborado con uva 100 % Encruzado, emblemática de la región, Casa de Santar Vinha Dos Amores Blanc de Blancs, es simplemente espectacular.
Tras Os Montes
Esta región norte de Portugal que da nombre a su ubicación, “tras las montañas”, es favorecida por un clima continental y suelos graníticos. Con uvas como Gouveio, Malvasía, Bastardo o Fernão Pires, entre otras, dan vida a vinos únicos que nacen de viñedos centenarios. Casa Do Joa, ubicada a 20 kilómetros de Bragança, se convierte en un referente histórico de viñedos prefiloxéricos y vinificaciones únicas para sus vinos, que son dignos de competir con grandes vinos de Borgoña con un equilibrio casi perfecto aunado a su elegancia.
Tradición, historia y pasión por el vino, son rasgos que distinguen a los vinos de alta gama de Portugal. El uso justo de la tecnología y el rescate de cepas antiguas, dan como resultado una diversidad enológica de la cual poco se sabe, pero de la que hay mucho por experimentar y sorprenderse.
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