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Recorriendo el mundo

Deby Béard

Viajar en crucero se ha vuelto una maravillosa forma de recorrer el mundo y de conocer diferentes puntos de los países que se visitan, además, son ideales para viajar en familia porque ofrecen grandes opciones de diversión, pero también son perfectos para estar en pareja por todo el ambiente romántico que lo rodea, como estar cubiertos por el inmenso cielo y contemplar el vaivén del mar mientras se disfruta de una deliciosa copa de vino o de unas refrescantes burbujas de champagne.

En esta ocasión me ha tocado viajar en el lujoso Infinity Celebrity, en donde cada detalle es simplemente magnífico. Cada puente de este barco tiene un acabado lujoso de madera, de mármol, de cristal gravado con aguafuerte y de granito pulido. Obras de arte originales están expuestas por todos, además de que posee camarotes espaciosos y suntuosas suites.

Mi suite es perfecta, con un balcón privado y grandes comodidades; es como sentirme en casa pero, además, cada mañana me levanto con la caricia de la brisa marina y aroma a frescura. 

En este crucero, la comida suntuosa y de primera clase, los espectáculos de teatro son como los mejores de Broadway, podemos disfrutar del bar con música de piano a medianoche, de desayunos con vista al mar al amanecer, de divertidas y diferentes actividades, entre muchas otras cosas…

Celebrity-Infinity-Solarium-AfterEstoy tomando el crucero de 10 noches por las islas británicas que sale de Harwich, Inglaterra, situada en el estuario de los ríos Stour y Orwell, y es un puerto muy frecuentado. La ciudad antigua ha sido testido de una gran historia, y muchos visitantes han llamado a su playa la más bonita de Essex, y no están equivocados.

De ahí, nos desplazamos a Le Havre, en Francia, ubicado en el estuario del Sena, y es el segundo puerto francés más importante. El puente de Tancarville es una obra maestra de arquitectura que no hay que dejar de visitar.

Seguimos el recorrido por el puerto St. Peter, en la capital de Guernsey y es una de las islas del canal, ubicada frente a las costas deNormandía. A pesar de que, como es lógico, el uso del inglés está muy extendido en la isla, su cercanía con Francia la ha impregnado de un distintivo sentimiento francés que también se refleja en el idioma local: un dialecto normando-francés conocido como francés de Guernsey. Esta pequeña ciudad destaca por su belleza natural y como vía de acceso a las otras Islas del Canal.

Nuestra siguiente parada es Cork, la segunda ciudad más importante de Irlanda, sólo superada en tamaño por Dublín. Aquí se pueden visitar los castillos, un parque de reserva natural, un centro para visitantes, un ferrocarril modelo y una prisión fortaleza restaurada.

Seguimos hacia Waterford, la ciudad más antigua de Irlanda, con varios modernos centros comerciales, pubs y bares que la llenan de vida y restaurantes de alta calidad. Una hermosa ciudad moderna y antigua a la vez. Además, posee grandes montañas, bosques inmensos, lagos, además,playas de arena blanca y un mar muy pacífico. Algo que la hace famosa es su cristal, y es casi imposible que alguien se vaya de aquí sin comprar un cristalino souvenir.

La siguiente visita es en la capital irlandesa:Dublín. Preciosa para recorrer las calles donde Joyce, Yeats y Oscar Wilde lo hicieron. En Trinity College Library se pueden admirar los libros que datan del siglo IX de Kells. Y claro, nadie, puede irse sin saborear la famosa Guiness. Dublín es también el centro de gran parte del arte y la escena artística irlandesa y sede de las bibliotecas y museos más importantes de Irlanda.

Ahora, nos dirigimos hacia Liverpool, una ciudad que tiene mucho que ofrecer (música, patrimonio histórico, tiendas, vida nocturna, cultura y deporte) y está situada al noroeste de Inglaterra, sobre el lado norte del estuario del río Mersey. Se pueden visitar la costa y los muelles, o uno de sus muchos museos y galerías de arte o cruzar en ferry el río Mersey. Liverpool comenzó a prosperar en el siglo XVIII como principal puerto comercial trasatlántico de Gran Bretaña, época que puede revivirse en el Museo Marítimo de Merseyside, en el muelle Albert, que además de ser gratuito es el mayor de Europa. Liverpool es también la ciudad natal de los Beatles.

El crucero hace su siguiente parada en Glasgow, la mayor ciudad de Escocia, con una oferta de ocio y diversión que incluye magníficas tiendas, animados bares y clubes y buenos restaurantes. Es un importante centro comercial y artístico, poseedora del Premio a la Ciudad Europea de la Cultura en 1990. Ofrece una maravillosa mezcla de entretenimiento cosmopolita y fantásticos paisajes naturales en los alrededores.

En Glasgow cené en el increíble restaurante Chaophraya, ubicado en Buchanan Street, en el edificio Town House. Es un precioso restaurante tailandés con comida excepcional y una atención muy amable y deprimera. Quedé encantada.

Y este lunes estuve en la súper archi hermosa Edimburgo, la capital de Escocia. Una preciosa y coqueta ciudad de estrechos callejones adoquinados, lindos edificios, jardines y museos. La gente es muy agradable, lo que suma un gran bienestar cuando se pasea por ella.

“Auld Reekie” (vieja chimenea), como la apodan por la gran cantidad de chimeneas que coronaban los tejados de los edificios manteniendo las casas calientes, posee también grandes y misteriosas historias; de hecho, existen algunas historias con fantasmas, tanto que los guías turísticos acompañan a los más curiosos y osados a través de criptas, pasadizos y cementerios para conocer los misterios que permanecen latentes en el corazón de la ciudad.

En Edimburgo, además de estas historias, se pueden recorrer los museos -que son gratuitos- y aprender, entre otros temas, cómo se fabrica el whisky en Scotch Whisky Experience; conocer cómo era la vida de los escoceses durante la Edad Media en el People’s Story Museum, u observar la evolución de la medicina en el Surgeons’ Hall Museums. Todo, sumamente interesante.

En cuanto a gastronomía, en Escocia algunos platos tienen en mucho en común con la cocina inglesa, pero existe gran variedad de recetas propias y otras de influencia extranjera, sobre todo francesa.

Algunos platillos típicos son el haddock, una especie de merluza; kipper, arenque ahumado; neeps and tatties, que es puré de rábanos y papas; scotch broth, una sopa de cordero y verduras; la partan bree, la sopa de marisco; la cullen skink o sopa de pescado ahumado con papas y cebolla. También está la porridge, papilla de copos de avena, las oatcakes, galletas de avena; las famosas shortbreads, que son galletas de mantequilla o el rico fundee cake, pastel de frutos secos.

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