Llegan los días largos, las horas de sol, las ganas de salir a la calle y los atardeceres que invitan a compartir una copa de Sierra Blanca Rosé.
Este vino rosado se obtiene por el método de sangrado, es decir, la uva tinta es estrujada y el hollejo o piel se deja algunas horas en contacto con el mosto para extraer los agentes colorantes y lograr el tono que el enólogo quiera obtener.

Sierra Blanca Rosé, elaborado con uva Zinfandel, tiene a la vista un color rosa pálido que invita a disfrutarlo. En nariz nos recuerda aromas de bayas rojas como frambuesas y cerezas, así como también a cítricos, destacando la toronja rosa. Estos aromas son envueltos por un elegante perfume a rosas. Es un vino seco, de acidez media, ligero, fresco, con final en boca medio y bien equilibrado.
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Desde su lanzamiento en 2019 se ha ido posicionando como uno de los rosados más auténticos y propositivos del mercado; su etiqueta llena de colores vivos muestra a una de las aves más emblemáticas del Valle de Guadalupe: la codorniz, que, dicho sea de paso, hace un excelente maridaje con la bebida que nos ocupa.

Sierra Blanca Rosé se hizo acreedor a una medalla de oro en Global Wine 2022, su primera participación en concursos internacionales. Se debe, sin duda, a la frescura y el carisma que refleja en cada copa.
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