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Tablas de quesos para una magnífica velada

Lúcete con tus invitados y sorpréndelos con una tabla de quesos para maridar.

Descorchar un buen vino tinto y acompañarlo con una rica tabla de quesos es la oportunidad de comenzar una velada con el pie derecho. Puede servir como aperitivo para una gran cena o como el bocadillo ideal para una larga tarde de plática y reencuentros. Es cuestión de elegir una etiqueta, pensar en sus cualidades y elegir los quesos que le vayan de maravilla; el resto lo hará la buena compañía.

Selección de los quesos

Elige quesos de sabores e intensidades distintas para crear mayor juego con los vinos tintos. Es recomendable colocar los quesos de sabores más fuertes en el centro de la tabla y aquellos más sutiles en las esquinas; de esta forma los invitados pueden comenzar con los suaves y no saturar su paladar desde el inicio de la fiesta.

Algunos de los quesos que puedes elegir para maridar con vino tinto son:

  • Brie: vinos como Cabernet o Tempranillo con barrica.
  • Camembert: vinos como Syrah o Malbec con barrica.
  • Emmenthal: tintos jóvenes.
  • Feta: tintos ligeros y jóvenes.
  • Ricota: Pinot Noir con barrica.
  • Idiazábal: vinos con barrica como Tempranillo, Zinfandel o Cabernet.
  • De oveja: vinos con mucho cuerpo como los de La Rioja, Ribera del Duero y Bierzo
  • Manchego: vinos como Cabernet, Tempranillo o blends de Cabernet-Merlot con buena estructura.
  • Roquefort: vinos muy estructurados como Syrah, Malbec, Cabernet, o mezcla bordelesa Cabernet, Petit Verdot y Merlot.
  • Cabrales: vinos Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc de muy buena estructura.

Para que los quesos se encuentren frescos y no se resequen, es necesario sacarlos del refrigerador por lo menos 20 minutos antes de servirlos y mantenerlos cubiertos unos minutos antes de que lleguen los invitados.

La forma de presentar los quesos también es importante. Se les debe quitar la cáscara (a excepción del queso brie y el camembert), y servirlos en triángulos pequeños o lonjas.

Los compañeros perfectos

Acompaña la tabla de quesos con frutos secos como nueces, avellanas y almendras, frutas deshidratadas como pasas, arándanos y chabacanos, o algunas frutas frescas como fresas, uvas y moras. Otra buena opción puede ser incluir mieles y compotas que van de maravilla.

No olvides elegir variedades distintas de pan que hagan juego con el resto de los alimentos; puede ser desde la clásica baguette o un pan hecho con harina integral, hasta alguno con semillas y cereales.

Aunque es bueno presentar una tabla variada y rica en opciones, es muy importante no saturarla ni decorarla en exceso. ¡Buen provecho!