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Venezuela: Tierra de Gracia

Juan Pablo Montes

Cuando los primeros conquistadores llegaron a Venezuela por la laguna de Sinamaica, muy cerca de Maracaibo, lo primero que vieron fue un grupo de palafitos (casas sobre el agua) que inmediatamente les recordaron a la ciudad de Venecia y por eso la llamaron “pequeña Venecia” o Venezuela.

Oficialmente denominada como República Bolivariana de Venezuela, no sólo es un país con una geografía muy variada, desde playas, llanuras y montañas, hasta selvas o desiertos, sino también de recursos, flora y fauna impresionantes. Es mejor conocida por su producción de petróleo y por varios recursos fáciles de encontrar como son las perlas que le dieron nombre a la Isla de Margarita (perla, en latín).

En esta diversidad tan grande hay mucho que ver, como lo es el Parque Nacional Canaima donde se encuentra el Salto Ángel; Maracaibo, que es parte del centro petrolero del país; Santiago de los Caballeros de Mérida, cuya población le hace honor a su nombre; Caracas, que es la capital del país y también su ciudad más poblada, y la increíble Isla de Margarita, que emerge como una joya en el Mar Caribe. Definitivamente esta es la “tierra de gracia”, como la describió Colón en su carta a los reyes de España, un lugar que no debes dejar de visitar. 

Las bellezas naturales de Canaima

El Parque Nacional de Canaima es el sexto más grande del mundo con una extensión de 30,000 km2 y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. Su fauna y su flora son inigualables, ya que existen más de 300 especies endémicas de plantas sólo en La Gran Sabana; pero por lo que es más reconocido Canaima es por sus tepuyes, que son la única forma de relieve en toda la zona. Los tepuyes son mesetas con características inigualables como sus praderas verticales y sus cimas prácticamente planas; estas formaciones datan de hace más de 1,500 millones de años, lo que las convierte en las más antiguas del planeta.

El Monte Roraima es el más alto de ellos, también llamado Montaña Azul o Montaña de Cristal, aunque el más conocido de todos es el Auyantepuy, de donde se desprende el Salto Ángel que con sus 979 m de altura, es la caída de agua más alta del mundo y que probablemente ubiques por la película de dibujos animados de “UP, una aventura de altura”. El mejor hotel de la zona es el Wakü Lodge, que aparte de ser un lugar aislado en medio de la naturaleza, ofrece un gran servicio y unas instalaciones preciosas. Recuerda ir entre mayo y noviembre para disfrutar de la visita al Salto Ángel, aunque si no puedes, la excursión a la cima de Auyantepuy también es muy recomendable.

La gran capital zuliana

En Maracaibo, que antes que el hotel es la primera parada, está el barrio tradicional de El Saladillo, que probablemente sea la parte más vieja de la ciudad. Aunque poco queda de su colorido de antes, lo que debes hacer es dirigirte a la calle Carabobo, donde la época colonial se niega a morir: ahí las casas de vivos colores son reflejo de las personas que habitan esta hermosa ciudad. De aquí debes ir a la Avenida El Milagro, donde encontrarás la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, digno ejemplo de la fe de la gente venezolana y también del colorido de la ciudad que apreciarás en cada esquina.

En Maracaibo, el lugar para hospedarse es el Crowne Plaza Maruma, un lugar lleno de lujo y de confort, donde cada habitación está lista para recibirte y el servicio es de primera: no tienes que salir del hotel para pasar unas excelentes vacaciones pues lo tiene todo, incluyendo un casino y su piscina que es la más grande de la ciudad; pero no te preocupes si no te hospedas aquí porque de todos modos su piscina está abierta al público.

Pero todavía falta mucho por descubrir, como el teatro Baralt, que se terminó de construir en 1932, con un estilo art nouveau y que fue remodelado en 1998, planeado para nunca cerrar y siempre ofrecer lo mejor de la dramaturgia del mundo y de Venezuela, para quien quiera verla. Visita el puente General Rafael Urdaneta, una verdadera proeza arquitectónica que se sostiene en la parte más angosta sobre el lago de Maracaibo, con más de 8.6 km de distancia y que se eleva para dejar pasar barcos de más de 45 m de altura; hazlo de noche para que puedas contemplarlo completamente iluminado de diferentes colores.

Antes de terminar tu estancia en Maracaibo, necesitas visitar los palafitos de Santa Rosa en el lago, donde todavía se guarda un poco de las costumbres de antaño; aquí podrás degustar de un delicioso pescado frito fresco mientras tienes una de las vistas más maravillosas del lago. Si eres un poco más aventurero, a sólo una hora de camino hacia el norte encontrarás la laguna de Sinamaica, donde te esperan los mismos palafitos que vieron los conquistadores cuando descubrieron Venezuela; para llegar ahí deberás subirte a una curiara, que es una embarcación hecha de troncos cercanos a la laguna, pero valdrá la pena, pues allí hay todo lo que te puedas imaginar.

La cordial, amable y hospitalaria Mérida

Esta es otra ciudad hermosa de Venezuela, rodeada de imponentes montañas, con un centro colonial de singular belleza, parques de gran verdor y gente que te abre el corazón. Al ser una ciudad reconocida por su universidad, es un centro estudiantil por excelencia, al igual que uno de los grandes centros turísticos del país; esto quiere decir que la vida nocturna es un poco más agitada que en otras partes del país, aunque no debes dejarte engañar, pues hay de todo un poco y para todos los gustos.

Aquí no puedes dejar de visitar la heladería Coromoto, que tiene el récord Guinness por sus más de 900 sabores de helados; claro que la lista no está disponible todo el tiempo, ya que de acuerdo a la temporada, los ingredientes frescos y los gustos de los merideños, puedes hallar entre 60 y 100 sabores cada día: está el Pabellón Criollo, platillo típico venezolano que tiene arroz blanco, carne mechada, caraotas negras (frijoles negros), plátano maduro frito y queso blanco, también hay de cerveza, plátano, calamares, tomate, whisky o el famoso “Miss Venezuela”, con sabor a perfume de rosas y claveles. Otra de las bellezas gastronómicas de Mérida es su mercado principal: en este edificio de tres pisos hay de todo, desde productos agrícolas de la región, pasando por artesanías, flores y cobijas, hasta una amplia selección de dulces típicos.

Situada en la antigua Calle del Sol, la Posada Casa Sol es una hermosa casa colonial de patios y corredores que para deleite de todos, mezcla la arquitectura local con elementos contemporáneos, con muchos detalles tanto ecológicos como andinos que la convierten en un lugar encantador.

La ciudad está llena de actividades por hacer. La laguna de Mucubají ofrece una vista increíble, pero debes tener cuidado, pues debido a su origen glacial de unos diez mil años de antigüedad puede estar fría. También el teleférico ofrece increíbles oportunidades, ya que sube hasta el Pico Espejo a 4,765 msnm, un poco menos que el Pico Mont Blanc, que es la parte más alta de los Andes. Chorros de Milla es probablemente el más interesante y famoso de los parques de Mérida, pues tiene cascadas, lagos, asombrosa vegetación y un zoológico; pero si sólo puedes visitar uno porque tienes el tiempo contado, visita el Jardín Botánico y su sendero aéreo. 

El corazón de Venezuela

Si vas a conocer este país sudamericano, obviamente debes visitar su capital. Caracas es la ciudad más poblada y también la capital de la “pequeña Venecia”, que es realmente una urbe, un ente viviente como toda gran ciudad del mundo. Allí encontrarás museos, parques, cines, centros comerciales, pero lo mejor es su gastronomía; la oferta de restaurantes es inmensa y sumamente variada y recorrerlos todos te tomaría bastante tiempo.

También hay hoteles para todos los gustos, pero uno de los favoritos es The Hotel, el primer hotel boutique de Venezuela; cuenta con gimnasio, spa, lunario y solárium que harán de tu estadía un encanto. Cada cuarto es único y todas las suites cuentan con jacuzzi.

Como lo mejor a ofrecer es la gastronomía, casarse con un lugar no es la opción y explorar siempre será bueno, así que aquí tienes algunas sugerencias de lugares exquisitos que no te desilusionarán. Astrid & Gastón es cocina peruana bien lograda y deliciosa; en Shoga son especialistas en comida japonesa y en creaciones modernas de corte oriental; Casa Urrutia ofrece pescados y mariscos al estilo español, entre otras opciones deliciosas; Antigua irónicamente sirve cocina mediterránea moderna en un espacio rústico, y en Belleveu son expertos en carnes a las brasas preparadas a la manera criolla, por si deseas probar la cocina local.

Pero la gastronomía no lo es todo, todavía te falta visitar la Casa Natal de Simón Bolívar, que ahora es un museo; subirte al teleférico para llegar al Parque Nacional El Ávila; hacer tus compras en el centro comercial La Cascada, aunque sólo sea para disfrutar de su arquitectura y su cascada interior, bien vale la pena la vuelta, o el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber, donde se exhiben más de 3,000 piezas de artistas de talla internacional.

El estado insular de Nueva Esparta

Al noroeste de Caracas, a sólo 35 minutos de vuelo o a un par de horas en ferry desde Puerto La Cruz o Cumaná, se encuentran las islas de Margarita, Coche y Cubagua. Una vez que llegues a la Isla de Margarita, viajar a las otras dos te resultará bastante sencillo. Ahí hay playas para todos los gustos, sólo debes buscar cuál es tu tipo y preguntar. El Lidotel Agua Dorada es uno de los mejores beach hotels que te puedas encontrar; se encuentra justo en el corazón de Playa del Agua con una privilegiada vista al mar. Las habitaciones son de estilo minimalista y de colores relajantes.

En la isla lo que hay son playas, iglesias y castillos, así que más que nada debes venir con ganas de tomar el sol, caminar tranquilamente y, sobre todo, de disfrutar la vida. La mejor es la playa de Coche, en la Isla de Coche; para llegar toma un tour de todo un día desde Margarita hasta esta pequeña isla y al no estar muy concurrida, disfruta de todo lo que tiene que ofrecerte.

Y tampoco olvides admirar la Basílica de la Virgen del Valle, de diseño muy sencillo pero encantador; el Castillo de Santa Rosa, donde los españoles solían defenderse de los piratas y corsarios ingleses, holandeses y franceses; las playas vírgenes de la Península de Macanao, que es mucho menos poblada y más árida que el resto de la isla, o visitar el Archipiélago de Los Frailes, donde verás arrecifes de coral repletos de peces globo, morenas, calamares y más.

Este es sólo el principio de la maravilla que es Venezuela, un lugar que siempre tiene algo más para sorprenderte, donde la naturaleza es parte de la vida diaria y donde su gente siempre busca darte todo su afecto; un lugar digno de visitarse mil veces y siempre regresar.