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El lado perfecto del verano: vino rosado para refrescar

Las flores crecen, el sol brilla y el calor nos visita. Lo único que falta para mejorar el panorama de este verano, es una copa de vino rosado.

Las frutas frescas, las flores, los cítricos y las delicadas notas herbales, son algunos de los aromas que los hacen perfectos para la temporada. Me gusta pensar que estos vinos son la combinación ideal entre la profundidad de un tinto y la frescura de un blanco. Eso no significa que todos los rosados se elaboren con un blend de uvas blancas y uvas tintas, ya que existen varios métodos que resultan en estilos muy distintos y que merecen ser explorados.

El inicial y menos utilizado es el de blending o casamiento de color. Es precisamente cuando un poco de vino tinto se añade al tanque donde se está elaborando vino blanco, ya que se necesita muy poco del primero para teñirlo. El perfil final de estos vinos es mucho más parecido al de un blanco. A pesar de que es inusual en los vinos tranquilos, es frecuente en la elaboración de espumosos.

Probablemente, el estilo que resulta más similar al de un tinto, es el sangrado o saignée. Durante las primeras horas de la maceración, un poco del mosto se extrae del tanque y, por separado, se somete al proceso de fermentación. Estos rosados concentran la intensidad de las uvas tintas.

El último método y el más común, es el conocido como maceración corta. El proceso es muy similar al del vino tinto, pero más breve: después del prensado, el mosto se deja en contacto con las pieles de las uvas, quienes son las responsables de la pigmentación; este paso dura apenas unas horas, hasta que se obtiene el tono de color que el enólogo busca.

G&G Rosé

Es probable que los vinos más famosos de este método sean los franceses conocidos como “estilo Provence”. Suelen ser secos, refrescantes y fáciles de entender, además son reconocidos por su pálido color y sutiles aromas a frutos rojos, duraznos y flores. Tal es el caso de G&G Rosé by Ginasommelier, el nuevo integrante de la familia, vinificado por el enólogo Jesús Rivera y su hijo Chuy, ensamblado por Gustavo Ortega y su servidora en la Vinícola El Cielo.

Es fragante, con notas de frambuesa, cereza fresca, durazno, piel de toronja, flores blancas y pimienta. Es equilibrado con gran acidez y agradable astringencia. Su elegante perfil lo convierte en el acompañante ideal de platillos mexicanos como los maravillosos tacos de langosta de Puerto Nuevo.

Gracias al clima de Baja California y la frescura del vino, su venta es exclusiva en la bodega y también online en vinoselcielo.com. Así que ya existe el pretexto perfecto para viajar a Ensenada y disfrutar de grandes rosados mexicanos.

Caten mucho y beban poco.